Los músculos esqueléticos están formados por estructuras con capacidad de contracción llamadas fibras musculares unidas en haces y rodeadas por una vaina llamada fascia. La estructura llamada fibra muscular es en realidad una célula muscular. En las lesiones musculares estructurales, estas fibras se rompen, lo que significa que la célula muscular se daña. El cuerpo humano tiene la capacidad de regenerar células musculares dañadas. Esto sucede gracias a unas células madre especiales dentro del músculo que son capaces de desarrollar células musculares reales y convertirse en células musculares originales como resultado de una serie de eventos. La curación del músculo dañado se examina en tres etapas.
1. La degradación, es decir, la destrucción de las células dañadas, es la primera etapa. En esta primera etapa, que se considera que dura aproximadamente 5 días, hay edema severo y sangrado en el área dañada.
2. La fase de regeneración o reparación es la segunda etapa y comienza en la primera semana, alcanza su nivel más alto en la segunda semana y se completa en aproximadamente 3-4 semanas. En esta etapa, las células madre se convierten en células musculares reales. Existen muchas sustancias llamadas factores de crecimiento que controlan este proceso en el área de la lesión. Durante el proceso de curación, debido a los efectos de estas sustancias a diferentes niveles, además de la curación con células musculares reales, también puede aparecer tejido cicatricial llamado fibrosis, a veces en pequeñas cantidades y otras en grandes cantidades. La formación de fibrosis es en realidad una situación indeseable. Porque el tejido fibroso formado no es capaz de contraerse. Esta afección provoca pérdida de fuerza y flexibilidad del músculo.
Provoca dolor durante las actividades deportivas a largo plazo. La cuestión más destacada en las prácticas de tratamiento es garantizar que la curación se produzca lo más rápido posible y con el menor tiempo posible. la menor cantidad de tejido fibrótico posible.
3. La remodelación, es decir, el proceso de maduración del músculo en curación, es la última fase y representa que el músculo alcanza su capacidad funcional y continúa por unos meses más. Las prácticas de tratamiento en esta etapa se basan en asegurar una recuperación más rápida de la capacidad funcional. Así, el objetivo es volver a hacer deporte lo más rápido posible y con el menor desarrollo de tejido fibroso posible.
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