Nuestras palabras mágicas al hablar con los niños

Mientras la vida continúe, la necesidad de comunicación continuará. Lo importante a la hora de comunicar es ser eficaz. Es necesario asegurarnos de que nos expresamos correctamente. Sabemos que es posible expresar algo que queremos decir con diferentes frases y palabras. Si la persona con la que nos comunicamos es un niño, entonces el poder de las palabras se vuelve aún más significativo. Si quieres que tu hijo supere obstáculos y enfrente dificultades en su vida, el primer paso es establecer una buena comunicación. En este blog repasaremos lo que siente tu hijo en su vida diaria. ¿Su hijo realmente entiende lo que está tratando de decir? ¿Cómo se siente con respecto a lo que dices?

Crisis de ira

Los niños suelen tener rabietas cuando no se salen con la suya. Especialmente si esta rabieta ocurre afuera, ¡guau!

La situación que se encuentra con más frecuencia es la siguiente; El niño llora y puede tirarse al suelo porque no consigue lo que quiere. El padre cuyo hijo está llorando en el suelo, perturbado por las miradas de la gente, se acerca al niño de una manera que nadie puede oír y le dice: "Levántate, todos nos miran, si lloras más te abofetearemos, No me importa, llora, no lo haré". Entonces, ¿cómo se siente el niño ante esta comunicación que crees correcta?

En el momento en que el niño pierde el control de su ira, se asusta y no está en una posición para escucharte. Su hijo, a quien arrastra por el suelo pensando en lo que pensarán los demás, puede permanecer en silencio porque se pone rígido por el estrés. Tu hijo necesita que calmes la explosión emocional que está viviendo. Se siente inútil con las frases que le dices, y lo único que necesita en ese momento es que lo abraces, lo tranquilices y lo calmes. Tu hijo, a quien abrazas con amor, secreta la hormona oxitocina. La oxitocina es una hormona que ayuda al niño a calmarse y gestionar sus emociones.

La mejor forma de demostrar que aceptas los sentimientos de tus hijos rechazando sus peticiones. Decir "No, no ir al parque antes de cenar" hará que su hijo se ponga celoso por dentro. En su lugar, adopte un enfoque similar a ''Tienes razón, es triste para ti no poder ir al parque antes de cenar, pero podemos preparar una comida juntos ahora si quieres'' , Le enseña a su hijo a expresar sus sentimientos y también le ayuda a usted a justificar sus deseos.

Recuerde, su hijo tiene derecho a mostrar su enojo. Si bien no ir al parque ni siquiera es un evento para ti, causa decepción en su mundo. Para que tu hijo aprenda a sentir su enfado, a expresarlo y así aprenda a expresar su decepción, no debes evitar su enfado.

Dar responsabilidad en lugar de culpar

Cuando los niños se comportan de una manera indeseable, generalmente decimos: 'Reaccionamos con 'no' o 'no lo hagas'. Sin embargo, les gusta sentirse inteligentes ya que aprenden cosas nuevas a través de sus acciones.

La reacción que suele darse ante un niño que juega con la manija de la puerta mientras conduce es "no juegues con la manija de la puerta". En cambio, decir "¿Qué puedes hacer para mantener la puerta cerrada?" puede hacer maravillas. En respuesta a la pregunta, el niño activa la parte frontal de su cerebro y en ocasiones encuentra soluciones que te sorprenderán incluso a ti.

Dé instrucciones en lugar de prohibir

Las prohibiciones son atractivas para personas de todas las edades y eventualmente se romperán. Por ejemplo, al niño que no queremos le prohibimos pisar el césped de la siguiente manera; "Prohibido pisar el césped". Sería más funcional dar instrucciones; "Camina sobre las piedras, juega en la arena".

Cada niño tiene una capacidad de atención dependiendo de su edad. Teniendo en cuenta su capacidad de atención, puede ser necesario recordarles las instrucciones de vez en cuando. Cuando le das instrucciones, tu hijo se siente más libre.

    Es posible diversificar los ejemplos dados anteriormente. Esperar que los niños piensen y actúen como adultos es uno de nuestros mayores errores. Si quieres aprender a comportarte ante el comportamiento problemático de tu hijo, puedes pedir ayuda a un psicólogo. Cada nueva información que aprenda quedará arraigada en el alma de su hijo.

 

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