¿Alguna vez has sentido hambre cuando ves programas de cocina frente al televisor por la noche, aunque acabas de despertarte de comer?
Carnes ahumadas a la brasa, snacks que lucen crujientes, frutas y verduras que deleitan con sus colores y postres de suave chocolate... Cuadros así nos encontramos a menudo en Masterchef Turquía, uno de los programas más vistos de los últimos tiempos. ¿Por qué sentimos hambre ante tal imagen, aunque acabemos de comer o aunque sepamos que en realidad estamos llenos?
¡Hay una respuesta a esta pregunta en la ciencia de la nutrición! Su nombre es 'fase cefálica'. Fase cefálica; Es una fase que puede ocurrir con la vista de la comida, la percepción de su olfato y sabor, o incluso con el pensamiento de la comida, y aumenta las secreciones gástricas.
En definitiva, cuando vemos una comida atractiva en un programa de cocina, oler el pan caliente al pasar por una panadería, o probar un alimento que nos gusta mucho... Con esta fase que entra en juego mientras pensamos, nuestro sistema digestivo se activa y las hormonas y enzimas secretadas por el estómago nos dan hambre y dirigirnos a la conducta alimentaria.
Esta situación es una parte natural del sistema fisiológico humano y no se puede cambiar. Entonces, ¿qué podemos hacer en esta situación?
El primer método, y el más sencillo, es masticar chicle. Masticando chicle, que no tiene calorías, suprimimos nuestras ganas de comer. Nuevamente, al consumir productos como el pepino, que son bajos en calorías, brindamos saturación estomacal enviando nutrientes a nuestro estómago y mantenemos nuestro peso consumiendo menos calorías. Por supuesto, otro de los métodos más saludables sería apagar la televisión y salir a caminar al aire libre. Si no podemos contenernos y comer, debemos tener cuidado de masticar los alimentos que ingerimos durante mucho tiempo y comer lentamente. El tiempo que tarda la hormona de la saciedad en llegar al cerebro y crear una señal de saciedad es de más de 20 minutos. Cuanto más lento comamos durante este período, menos calorías consumiremos antes de que se produzca nuestra señal de saturación. Existe otro de los métodos más sorprendentes, y es el de utilizar placas azules. El azul es un color que suprime nuestro apetito.
Si no puedes controlar tu alimentación, puedes pedir ayuda a un psicólogo, y si tu aumento de peso está progresando hasta el punto de perjudicar tu salud, puedes pedir ayuda a tu dietista.
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