¿Qué es el desmayo (síncope)?
El desmayo se define como una pérdida repentina del conocimiento y de la fuerza muscular debido a una disminución temporal y generalizada del flujo sanguíneo cerebral. Constituye el 1% de las visitas al servicio de urgencias en la infancia. Se observa en el 15-25% de los niños, con mayor frecuencia en el grupo de edad de 15 a 19 años. Se ha informado que el 20% de los niños y la mitad de las niñas menores de veinte años han sufrido al menos un ataque de desmayo. El riesgo de que estos ataques se repitan en cinco años está entre el 33% y el 51%. Esta frecuencia y repetición, así como posibles traumatismos craneales y enfermedades subyacentes relacionadas con el corazón que ponen en peligro la vida, aumentan la importancia de los desmayos.
Causas de los desmayos en los niños
Los desmayos asociados con enfermedades cardíacas son menos comunes en niños que en adultos. El desmayo (síncope vasovagal), que se desarrolla como resultado de la presión arterial baja debido a una acumulación inadecuada de sangre en las piernas del cuerpo y la disminución asociada del flujo sanguíneo cerebral, es más común en los niños, especialmente después de una situación desencadenante como un cambio brusco de posición, permanecer mucho tiempo de pie, ira, dolor, miedo. Aparte de esto, los trastornos del ritmo cardíaco, las enfermedades cardíacas estructurales, la migraña, las convulsiones, las enfermedades cerebrovasculares, los trastornos del azúcar y los electrolitos en la sangre o los trastornos psiquiátricos también pueden causar desmayos en los niños.
Diagnóstico de desmayo strong>
En su mayoría, los desmayos se pueden diagnosticar con una buena historia clínica. Sin embargo, la falta de hallazgos diagnósticos objetivos provoca problemas en el abordaje, tratamiento y seguimiento. Además, se requieren exámenes detallados debido al temor de las familias de que sus hijos puedan tener una enfermedad grave del sistema nervioso o relacionada con el corazón y la preocupación de que los médicos que tratan a estos pacientes no puedan diagnosticar una enfermedad subyacente grave. que el valor diagnóstico de pruebas como los análisis de sangre, la radiografía pulmonar, la electroencefalografía (EEG) y la tomografía cerebral es bastante limitado. Sin embargo, con una historia clínica detallada, un examen físico, una electrocardiografía (ECG) y una ecocardiografía (ECHO) realizadas por un especialista en cardiología pediátrica, en la mayoría de los niños, Se puede determinar la causa de la muerte y se demuestra que no existen enfermedades cardíacas que representen riesgo de muerte súbita. De este modo, se pueden eliminar las preocupaciones de las familias. En raras ocasiones, es posible que se requieran pruebas avanzadas como un ECG de esfuerzo (prueba de esfuerzo), un registro de ECG a largo plazo o una prueba de mesa inclinada para diagnosticar un desmayo.
Tratamiento para el desmayo
Una vez que se demuestra que no existen enfermedades potencialmente mortales, se puede recomendar dieta (especialmente agua potable), ejercicio y/o medicación dependiendo del tipo de desmayo del paciente.
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