La obsesión se conoce como una enfermedad antigua que se conoce desde la historia. La obsesión fue definida por Esquriol como un síntoma de melancólica. Shapiro, psicoanalista, afirmó que necesitaba desarrollar sus propios conceptos porque no estaba satisfecho con las teorías psicoanalíticas sobre los trastornos de la personalidad. Aunque definió la estructura y características de un estilo al que llamó "estilos neuróticos", enfatizó que se puede pensar en él como un patrón en el que cristalizan muchos síndromes y mecanismos de defensa del sistema de pensamiento general de la persona. El primero de ellos; Significa que el pensamiento es sólido, claro y claramente enfocado. Según Shapiro, los individuos obsesivos tienen una atención constantemente atenta e intensamente enfocada debido a esta característica; Por esta razón, es probable que tengan éxito en el trabajo técnico y detallado. Pero se distraen e interrumpen fácilmente con nueva información o estímulos externos. La segunda característica que Shapiro enfatiza es el deterioro del sentido de independencia de la persona obsesivo-compulsiva. La última característica es que las personas obsesivo-compulsivas han perdido el sentido de la realidad o tienen sentimientos de culpa hacia el mundo. Obsesivo significa pensamiento y compulsivo significa impulso. El trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo se caracteriza por una excesiva reflexión sobre las reglas, el orden y una sensación de control. Estas personas experimentan una ansiedad extrema si existe la posibilidad de que no tengan control sobre algo, y por ello prefieren escapar de este tipo de situaciones. El control es importante para ellos y cuando no pueden lograrlo sienten ira. Convertirá las malas acciones en buenas al prevenir situaciones como estados de exceso de control, adicción a sustancias, relaciones sexuales promiscuas e irresponsabilidad económica. Dado que son muy sensibles y decididos al éxito empresarial, es muy probable que lo logren. Situaciones como el comportamiento problemático, el perfeccionismo y la excesiva atención a los detalles dificultan mucho su vida diaria y les hacen gastar mucho tiempo y energía en el desempeño de su trabajo. Organiza y programa con detalles, reglas, listas y tanto que te olvides de cuál sea la tarea. Se ocupan de tareas conductuales como el mecanizado. Estas personas se sienten incómodas ante innovaciones y situaciones que requieren flexibilidad. Aunque están muy comprometidos con las normas culturales, tienen una estructura de personalidad obstinada. Obedecen las reglas y esperan que las cumplan plenamente.
Su comportamiento normativo y orientado a los detalles hace que los empleados bajo su dirección, en sus relaciones familiares y en su vida empresarial, se aburran de sus vidas, por así decirlo. En su opinión, no tienen problemas para tolerar los engaños ni en sí mismos ni en los demás. No quieren trabajar con otros a menos que piensen y actúen exactamente como ellos, y se enojan si es necesario. Revisan constantemente lo que hacen para evitar cometer errores. Experimentan conflictos al tomar decisiones porque constantemente intentan sopesar los aspectos positivos y negativos de los acontecimientos. Mantienen sus emociones en un segundo plano y muchas veces priorizan la lógica. Desarrollan un sentimiento de ira hacia las personas que no siguen su lógica, o tienen problemas para comunicarse con ellas. Expresan que no pueden disfrutar cuando ingresan a ambientes divertidos. En general son personas duras, testarudas y tacañas.
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