Psicológicamente, el estrés es un estado de tensión emocional o física que sentimos ante una situación difícil o perturbadora de nuestra vida diaria, que tiene efectos físicos, psicológicos y conductuales. Los factores que provocan estrés, llamados estresores, son los estímulos surgidos del entorno interno o externo que modifican la capacidad adaptativa de la persona y provocan estrés. Según Hobfoll, los factores que provocan estrés son la presión o exigencias provenientes del entorno o de la propia persona.
El afrontamiento son los esfuerzos cognitivos, emocionales o conductuales que hacemos para controlar, reducir o intentar tolerar acontecimientos vitales estresantes. Nuestro objetivo con las estrategias de afrontamiento es volver a la normalidad después de percibir peligro y estrés. Por este motivo, la forma de afrontar el estrés de cada individuo es diferente.
Según Folkman y Lazarus (1988), existen 2 tipos de estilos de afrontamiento:
1. Afrontamiento centrado en las emociones: Surge como resultado de evaluaciones de que no se puede hacer nada ante eventos externos desafiantes o amenazantes y se enfoca en reducir las emociones negativas creadas por el estrés. Puede llevar a negar la verdad o actuar como si lo sucedido fuera insignificante e ineficaz. Como resultado, incluye comportamientos como culparse a uno mismo, culpar a los demás y huir o evitar.
2. Afrontamiento centrado en el problema: Es producto de la evaluación de que situaciones desafiantes o amenazantes pueden cambiar y está orientado a la actividad. Incluye definir el problema, generar alternativas de solución, enumerar los pros y los contras de las soluciones y actuar en consonancia con ellas. Incluye conductas destinadas a eliminar por completo los factores estresantes o reducir sus efectos dañinos.
Dado que las formas en que percibimos y evaluamos los eventos son diferentes, cada uno de nosotros difiere a la hora de afrontar el estrés. Si bien utilizamos la estrategia de afrontamiento centrada en el problema en situaciones en las que es fácil llegar a un resultado, utilizamos la estrategia de afrontamiento centrada en las emociones porque necesitamos reducir las emociones negativas en los eventos en los que experimentamos la dimensión emocional con mayor intensidad. Elegir las estrategias de afrontamiento adecuadas En los casos en los que no se hace, nuestras funciones psicológicas pueden verse perjudicadas.
La persona da sentido a las conductas de afrontamiento pasándolas por el proceso de información subjetiva. Por esta razón, cómo damos sentido a los eventos estresantes y los resultados que alcanzamos con nuestras evaluaciones son los puntos clave para reducir o aumentar el estrés. Según Cüceloğlu (1991), mientras algunas personas en el mismo entorno y condiciones están tensas y estresadas, otras pueden estar pacíficas y tranquilas.
Afrontamiento individual del estrés
El modelo DKRG es un proceso de cuatro etapas desarrollado por Braham (1998) para ayudar a los individuos a controlar el nivel de estrés al que están expuestos en la vida diaria.
Se sabe que las técnicas aplicadas en áreas como el deporte, los ejercicios de relajación y respiración, la meditación, el yoga, los patrones de sueño y alimentación, la participación en actividades sociales, el suministro de humor y la gestión del tiempo aumentan la capacidad para afrontar el estrés. .
Para proteger nuestra salud física y psicológica y maximizar la eficiencia que obtenemos de la vida, necesitamos gestionar situaciones estresantes y momentos en los que nos enfrentamos al estrés. Aquí es donde entran en juego los métodos para afrontar el estrés. El manejo del estrés a nivel individual incluye elementos que pueden ayudar a reducir los efectos físicos, emocionales y cognitivos de situaciones estresantes en la persona. Por este motivo, la forma de afrontar el estrés de cada persona puede ser diferente.
Ejercicio físico, ejercicios de respiración, técnicas de relajación, nutrición y orden del sueño, gestión del tiempo, meditación, yoga, actividades artísticas, actividades sociales, sentido del humor y muchas otras fuentes de energía son algunas de las actividades que ayudan la persona en el manejo del estrés. Sin embargo, se sabe que los métodos de afrontamiento incompatibles con el estresor encontrado afectan la salud psicológica del individuo. Por eso es importante elegir los métodos adecuados para nosotros cuando sea necesario.
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