¿Qué es la fobia social? ¿Como hacer frente?

Las fobias sociales, o trastorno de ansiedad social, son un miedo irracional y persistente a la presencia de los demás. La persona fóbica suele tratar de evitar situaciones en las que pueda ser evaluado y muestra signos de ansiedad y muestra una actitud tímida. Hablar y actuar en público, salir a comer, usar baños públicos o realizar cualquier trabajo en presencia de otras personas provoca una ansiedad extrema.

Las fobias sociales son bastante comunes. Generalmente, la incidencia a lo largo de la vida ronda el 15%. Esta tasa puede variar según el género, la edad y la cultura. Su aparición suele producirse durante la adolescencia, cuando se cree que la conciencia social y la interacción con otras personas son mucho más importantes en la vida de una persona. Sin embargo, en los últimos años se ha generalizado entre los niños.

El principal motivo de ansiedad en el trastorno de ansiedad social es; Es el miedo a comportarse de una manera que le haga sentir humillado, avergonzado o avergonzado delante de los demás. De hecho, tanto la confianza de la persona en sí misma como en el entorno social se ven dañadas. Se ve a sí mismo como propenso a cometer errores, incapaz de aceptarse tal como es en su estado natural, y tiene una fuerte creencia de que los demás no lo aceptarán, que pueden burlarse de él, que será gracioso y que avergonzarse.

Todo aquel que sea tímido o tímido frente al público. La persona no puede ser llamada social fóbica. Para ser diagnosticada, la actitud de miedo o evitación debe alterar significativamente las actividades diarias normales de la persona, su funcionamiento ocupacional o educativo, sus actividades sociales o sus relaciones. La ansiedad social transitoria se puede observar en cualquier persona, pero la funcionalidad y eficiencia de la persona deben verse afectadas para poder ser diagnosticada. También deben existir condiciones físicas que acompañen a la ansiedad. Estos incluyen sudoración, sequedad de boca, enrojecimiento facial, tensión muscular y alteración del ritmo respiratorio.

Las características personales de estas personas incluyen hipersensibilidad a las críticas o a dar una impresión negativa, dificultad para defender sus derechos, baja autoestima estima e inferioridad. También tienen emociones.

Muchos casos de trastorno de ansiedad social saben que sus miedos son excesivos y sin sentido. ambos uta Hay miedo sin remordimientos y miedo a ser visto como débil, incompetente, estúpido o extraño. Hablar en público es un acto aterrador para ellos porque tienen miedo de que les tiemblen las manos, la voz o la cabeza y que los demás se den cuenta, y pueden sentir una ansiedad extrema. Pueden sentir una ansiedad excesiva.

Como ocurre con toda ansiedad y miedo, existe un círculo vicioso en la fobia social que se alimenta y fortalece mutuamente. Para ser salvo, primero es necesario romper esta cadena.

Una situación social próxima (por ejemplo, una reunión, una reunión, un entrenamiento, etc.) causa ansiedad anticipatoria. La ansiedad anticipatoria se convierte en un círculo vicioso al provocar la percepción de que vamos a tener mucho miedo, provocando síntomas de ansiedad, angustia y ansiedad anticipatoria nuevamente.

Para deshacernos de la fobia social, en primer lugar , la persona debe ser verdaderamente intencional y decidida a deshacerse de este problema.< En segundo lugar, necesita conocer bien su problema y a sí mismo.
Si la fobia social está avanzada y se ha extendido durante un largo período de tiempo, se debe ayudar. Definitivamente debe buscarse en un experto. Porque la fobia social es un trastorno que se puede eliminar con el tratamiento adecuado.
Los ejercicios de relajación, músculos y respiración tienen un lugar muy importante en el tratamiento. La persona primero debe ganar conciencia física, reconocer los cambios en su cuerpo y ser capaz de gestionarlos.
En la siguiente etapa, la confrontación, es decir, afrontar el problema, es fundamental. No hay duda de que no podemos afrontar ningún problema evitando experimentarlo o evitando los entornos que pueden hacernos experimentarlo. El enfrentamiento se hace primero de forma mental, es decir, de forma imaginaria. Es muy útil para planificar posteriormente lugares donde la persona pueda sentir ansiedad y mantener allí enfrentamientos. Por ejemplo, hacer que una persona solicite un trabajo que no le interesa mucho. También es una forma adecuada de realizar observaciones en entornos sociales donde no llamarán mucho la atención.

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