Nos acercamos a finales de septiembre. Los árboles que empiezan a perder sus hojas, las lluvias y las condiciones climáticas cambiantes tienen el mismo efecto en el alma humana, acercándola a un estado de ánimo deprimido. Esta depresión otoñal, vista en la mayoría de las personas, se vio coronada por el proceso pandémico.
¿Ha estado experimentando desesperación, irritabilidad, pesimismo o desgana para hacer algo últimamente? ¿Qué pasa con tus patrones de sueño y alimentación? ¿Sientes también que tu apetito ha cambiado últimamente?
Se pueden notar tanto los efectos físicos y psicológicos de la estación como nuestros hábitos veraniegos que empiezan a cambiar con el otoño. Las dificultades para adaptarse a este proceso pueden desencadenar un estado de ánimo depresivo. Este estado de ánimo puede manifestarse con problemas como falta de concentración, pérdida de energía, cansancio fácil, ineficiencia en el trabajo, desgana y alteraciones del sueño.
La apertura de las escuelas y la creciente intensidad del ritmo de trabajo pueden, por otro lado, aumentar la tendencia de los niños y de los padres a la depresión. El aumento de deberes y responsabilidades durante este período puede generar más ansiedad y estrés, allanando el camino hacia la depresión o un "estado depresivo".
La adición de las restricciones vitales debidas al Covid-19 a las condiciones naturales y estacionales que dificultan nuestra adaptación en otoño, nos empuja a todos a ser más cuidadosos y planificados espiritualmente. En este período en el que aumenta la necesidad de contacto con el mundo exterior debido a nuestros crecientes trabajos y roles, quedar atrapado entre el riesgo de enfermedad y la necesidad de estar al aire libre puede convertirse en uno de los desencadenantes del estado depresivo.
Las personas de 65 años o más pueden tener un mayor riesgo de sufrir depresión y otros problemas mentales, ya que experimentan simultáneamente las dificultades de las restricciones pandémicas junto con las dificultades de las condiciones estacionales naturales. Podemos decir que estamos atravesando un período en el que este segmento en particular necesita tener más cuidado. Sin embargo, sería oportuno subrayar que este grupo no necesita preocuparse por lo que decimos, y que lo único que hay que hacer es tomar algunas precauciones.
En este “otoño pandémico” que atravesamos, nos enfrentamos a los factores que afectan a nuestra salud mental. 12 sugerencias que pueden ayudarnos a afrontar esta situación:
Aunque la naturaleza se ha dejado llevar por colores apagados y pálidos, tú puedes colorear el ambiente en el que vives y tus objetos personales (ropa, etc.) .
¡Recuerda la energía que da el sol en verano! Además de iluminarnos y calentarnos, el sol nos ayuda a secretar "seratonina" y así hacernos sentir con más energía y felicidad. ¡Intenta aprovechar los momentos soleados del verano tanto como sea posible!
Durante este período, mantente alejado de la comida rápida, el alcohol frecuente, los productos azucarados artificiales y la nutrición unidireccional. Crea una dieta equilibrada con alimentos vegetales y animales y bebe mucha agua.
Presta atención a tu patrón de sueño; Si está desorganizado, intenta ordenarlo paso a paso. Si te sientes cansado, considera que dormir mucho no significa descansar.
Cuando estás bajo la influencia de la depresión, tu mente puede volverse turbia. Intenta planificar tu vida diaria y tu tiempo según tus prioridades. El desorden puede ejercer más presión sobre tu mente y tu cuerpo.
Encuentra pequeñas actividades que no te cansen. Por ejemplo, caminar al aire libre, participar en los eventos artísticos de nueva temporada que te gusten, empezar una nueva serie de películas o empezar un libro que llevas posponiendo mucho tiempo.
Aunque estés en casa, tu cuerpo se cansa al igual que tu mente. Puedes realizar actividades en el interior, como ejercicios de meditación, gimnasia ligera y baile, que relajarán tu mente y tu cuerpo al mismo tiempo.
Intenta cambiar tu forma de pensar; No luches dentro de ti mismo con los hechos que no puedes cambiar, concéntrate en hacer tu vida mejor y más fácil en las condiciones actuales. En otras palabras, entrena tu mente para adoptar una perspectiva orientada a la solución revisando tus perspectivas negativas habituales.
Si estás trabajando, aprovecha bien tus descansos laborales. Momentos como estos son una oportunidad para relajar la mente. Intenta relajarte mientras tomas té o comes, no pienses en el trabajo. Concéntrate en ese momento.
� Descubre pequeñas actividades que te motivan en el trabajo. Mire la foto de su hijo, charle con su colega durante 5 minutos o escuche su canción favorita. Pequeños momentos como estos se sumarán y te harán sentir que estás pasando un buen rato en el trabajo.
Si tienes un método de relajación que se centra constantemente en el mundo virtual y no cuelgas el teléfono, redúcelo. Charla con personas amables y sobre todo optimistas, divertidas que te ayudarán a aliviar tensiones emocionales.
Sepa que esta es una situación temporal. Recuerda que después de cada otoño definitivamente hay una primavera.
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