¿Qué es la alimentación emocional y cómo afrontarla?

“Me encuentro frente al refrigerador cada vez que me aburro. ¿Qué podría pasar si me comiera otro chocolate cuando no estuviera contento? "No importa cuánto como, nunca consigo suficiente". ¿Te suenan frases como estas? Entonces, echemos un vistazo juntos a la alimentación emocional.

A veces puedes encontrarte comiendo comida chatarra cuando estás triste, enojado, estresado o infeliz. Comer algo dulce después de un día aburrido puede hacerte sentir mejor. Las emociones y la conducta alimentaria se encuentran en una interacción bidireccional que se afecta mutuamente. Al igual que los pensamientos, las emociones son una parte importante de nuestras vidas. También son una forma de expresarnos. Nos acompañan en cada momento de nuestra vida y tienen más o menos influencia en las decisiones que tomamos.

¿Qué es la alimentación emocional (intuitiva)?

Lo que también llamamos alimentación emocional o intuitiva es el deseo de comer en exceso o un cambio en el consumo de alimentos, muchas veces como respuesta a una emoción negativa. Las personas con hábitos alimentarios emocionales intentan afrontar las emociones negativas que experimentan (como la ira, la vergüenza, el estrés, la infelicidad) comiendo. Dado que comer emocionalmente proporciona a las personas una sensación temporal de alivio, las personas pueden sentir que se están alejando de las emociones de las que están tratando de escapar durante estos momentos.

 En la conducta alimentaria emocional, la forma en que las personas interpretan lo que sucede en su vida diaria y si sus necesidades básicas del pasado, como ser amados y sentirse valorados, son satisfechas o no, son factores importantes. Según Erickson, como resultado de satisfacer necesidades como ser amado, valorado, aceptado y aprobado en la infancia, la mente humana almacena estas experiencias como recursos que pueden utilizarse más adelante y elige soluciones funcionales a los acontecimientos negativos de la vida. Individuos como estos, cuyas fuentes emocionales de alimento son incompletas, pueden optar por comer más bocadillos para afrontar algunas de sus experiencias negativas. Esto también puede interpretarse como un esfuerzo por llenar el vacío emocional dentro de una persona. Al mismo tiempo, comer emocionalmente puede convertirse en un hábito como resultado del aprendizaje de una conducta. También hay estudios que lo demuestran.

 

Alimentación emocional y física i Distinguiendo

 La nutrición es la acción que se realiza para satisfacer las necesidades físicas del organismo y la finalidad es obtener energía. Reconocer esta necesidad física y reconocer el hambre física es muy importante para prevenir el comer emocional. Los consumidores emocionales no pueden distinguir su hambre física del hambre emocional.

 Los alimentos preferidos durante el hambre emocional son generalmente azucarados, ricos en calorías y grasos. El hambre emocional se produce con un deseo excesivo por un alimento concreto que los contenga. Es repentino y en realidad no es una necesidad real. Desaparece cuando se pospone o no se cumple. En el caso del hambre física, hay un hambre real más que un deseo de un alimento específico. Es la sensación que se produce cuando se tiene hambre durante 3 o 4 horas o más, lo que hace que el estómago gruña. No es repentino, se desarrolla gradualmente. Hay un cuerpo que necesita ser alimentado, y es una necesidad real comparada con el hambre emocional. Si no se cumple, provoca síntomas físicos como dolor de cabeza e hipoglucemia. Así que piensa antes de decidirte a comer algo; ¿Es tu cuerpo o tus emociones el que tiene hambre?

 

¿Cómo puedes superar la alimentación emocional?

Obtener ayuda: A pesar de todos tus esfuerzos, es posible que Tienen dificultades para lograr un cambio de comportamiento permanente. En tal situación, hazte un favor y no dudes en buscar ayuda de un profesional experto en salud mental.

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