Psicología del ayuno y la pandemia

Todas las personas del mundo, todos estamos pasando por tiempos difíciles. Estamos luchando contra una pandemia que no se había visto en más de 100 años y para la que no estábamos preparados. Por supuesto, todos estamos tratando de hacer frente a este virus, que amenaza a la humanidad con la muerte directa, con nuestros propios mecanismos de defensa. Y muchos de nosotros lo logramos.

El Ramadán es un mes importante y especial para los países musulmanes y para nuestro propio país. Aquellos que creen en el Islam y eligen vivir sus vidas de acuerdo con el Islam quieren pasar este período de tiempo ayunando. Ayunar significa renunciar a ciertos elementos que le dan placer y placer. El más importante de ellos es que una persona deja de comer y beber a una determinada hora del día, por su propia voluntad y deseo. Durante el mes de Ramadán, las personas se fortalecen espiritualmente, aumenta su conciencia y disminuyen sus deseos e intereses mundanos. Los estudios han demostrado que el Ramadán es bueno psicológicamente para las personas y que los trastornos patológicos disminuyen durante este período. Pero el Ramadán de este año avanza de manera diferente que todos los años. Mientras continúa el proceso pandémico, con la llegada del Ramadán, la gente intenta llevar a cabo ambos procesos juntos. Por supuesto, llevar a cabo este proceso correctamente puede resultar complicado en ocasiones. Para superar la dificultad, al menos parcialmente; Es necesario mirar el Ramadán desde una perspectiva diferente este año y tratar de mantener la calma.

Como sabéis, nuestra salud física es muy importante en la lucha contra la Pandemia. Estamos en un proceso en el que debemos alejarnos de hábitos nocivos, comer sano y fortalecer nuestra inmunidad. La disminución del uso de sustancias nocivas y destructivas durante el mes de Ramadán también tiene graves efectos positivos en este proceso.

Quedarse en casa hace frente a situaciones negativas y estresantes, tanto material como espiritualmente; El ayuno y la oración pueden ser una solución para superar trastornos como la ansiedad, la ansiedad y la depresión. Asimismo, los conflictos espirituales, los problemas familiares y las brechas emocionales vividas en el hogar, junto con los sentimientos espirituales que trae el mes de Ramadán, pueden completar estos sentimientos faltantes e incompletos en las personas.

Además, quienes se quedan en casa y quieren ser un modelo para sus hijos en el ayuno. Este período puede ser una oportunidad para ti.

La otra contribución más importante del Ramadán es; Ayudará a una persona a darse cuenta de que no puede conseguir todo lo que quiere y de lo valiosos que son los placeres personales, que puede cambiar su comportamiento debido a sus creencias y que los cambios provocados por la pandemia son igualmente naturales.

El Ramadán es también el mes del compartir. Las investigaciones muestran que el estado de paz y felicidad que se produce en las personas como resultado de la cooperación fortalece el sistema inmunológico. Compartir y ayudar durante este período tiene un efecto positivo en el sistema inmunológico.

Como sociedad, utilizar los sentimientos espirituales que trae el mes de Ramadán y los cambios en nuestro estilo de vida de forma positiva hacia nosotros mismos y nuestro entorno puede ser un buen método de defensa para todo ello.

Quienes se sienten débiles en el proceso, en sus pensamientos y quienes tienen dificultades para dirigir su conducta; debe obtener apoyo de un trabajador profesional de salud mental.

 

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