Si bien comer es una necesidad fisiológica para sustentar la vida; De vez en cuando, puede tener un propósito más allá de la "nutrición". Nuestra dieta y hábitos; El estado psicológico también es un factor importante, ya que se determina según la estructura familiar, la vida empresarial y la situación económica y cultural. Hambre fisiológica; Es un impulso que se comprende gradualmente mediante señales del estómago y se satisface después de que eres capaz de pensar en las opciones de alimentos y comer lo que prefieres. El hambre emocional es; Es un estado de insatisfacción experimentado debido a algunas emociones que no se pueden expresar, expresar o satisfacer. Aunque el cuerpo no lo necesita fisiológicamente; La intensidad de las emociones experimentadas crea tu necesidad de comer. Si sientes la necesidad de comer algo aunque no tengas hambre y te das cuenta de que estás comiendo sin control, "atracones", cuanto más comes, más no estás satisfecho, cuanto más no estás satisfecho, más comes y eventualmente te arrepientas, debes saber que estás tratando de satisfacer tus emociones, no tu estómago.
Cuando experimentas emociones que son más difíciles de lo que puedes manejar; Puede que no sea fácil afrontarlo y darse tiempo para experimentar ese sentimiento. En lugar de intentar superar el problema con emociones dolorosas, la gente tiende a elegir comer, que es un medio primitivo de felicidad. Sin embargo, ¡una persona es tan humana como puede sentir! Hay que saber vivir al máximo y adecuadamente el dolor del amor, la tristeza de la pérdida y las decepciones; Así como uno debe experimentar la felicidad y la alegría según sus deseos.
Se sabe que las emociones que mayormente desencadenan la conducta alimentaria son la infelicidad, la soledad, el arrepentimiento, la culpa, la ansiedad, el estrés y la ira. Por ejemplo; Las personas que no pueden expresar su enfado recurren a la comida porque comer es en realidad una forma de hacerse daño a sí mismos (a su cuerpo). Cuando esta emoción se revela aprendiendo la forma correcta de expresar la ira, se elige una forma saludable de afrontarla. Cuando se aprende a afrontar la emoción que impulsa la conducta alimentaria, completa su función de "comer" y desaparece.
Ataques alimentarios
En aquellos con problemas de peso; Comen cuando no están contentos, se vuelven infelices cuando aumentan de peso y tratan de relajarse comiendo más, creando un círculo vicioso. r. Los ataques de atracones proporcionan una sensación momentánea de alivio, pero después se sienten intensos sentimientos de arrepentimiento y culpa. Estas emociones, en un círculo vicioso, te empujarán a comer cada vez más o destruirán tu confianza en ti mismo y tus creencias con sentimientos de impotencia y desesperanza. Quienes se quejan de esta situación buscan muchas iniciativas dietéticas y métodos adelgazantes para controlar su peso. Todos estos experimentos, muchos métodos nuevos, saludables o no saludables, se inician con esperanza y gran motivación. Sin embargo, el estado psicológico, la percepción y el sistema de pensamiento de la persona siguen desempeñando un papel detrás de escena de todas estas iniciativas. La conducta de atracones, especialmente cuando se presenta con emociones negativas, puede deberse a la incapacidad de la persona para identificar o expresar emociones o a la falta de capacidad para manejar y regular la emoción experimentada.
ES TU HAMBRE ¿EMOCIONAL O FÍSICO? p>
En primer lugar, revisa tu patrón y hábitos alimentarios. Date cuenta de que "tener hambre" y "querer comer" no son lo mismo.
¿Tienes ganas de volver a comer poco después de tu última comida?
¿Alguna vez piensas en un alimento específico y te apetece? (Como el chocolate).
¿Alguna vez continúas comiendo aunque te sientas lleno?
Prefieres comer para reconfortarte. tú mismo. ¿Lo eres?
¿Te despiertas de una comida y piensas en qué más comer, buscando un refrigerio?
Si la mayoría de tus respuestas son “Sí”, es por el hambre fisiológica que experimentas, más bien es hambre emocional. Trate de notar y afrontar el problema y las emociones que intenta afrontar mediante la actividad de comer. También puedes considerar obtener apoyo psicológico profesional para mejorar estas habilidades.
FORMAS DE LIDIAR CON EL HAMBRE EMOCIONAL
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Qué problema o emoción experimentas mientras comes? Captura que te lleva a una conducta alimentaria automática. Trate de descubrir cómo satisfacer lo que realmente necesita.
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Tenga cuidado de no estar solo cuando tenga ganas de comer cuando esté lleno pero enojado, estresado, infeliz. Disfrute de una actividad al aire libre (Caminar) Distráete obligándote a hacerlo (como ir a la cama, reunirte con amigos, llamar a un ser querido cuando no puedes salir de casa o mirar una película).
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Recuerde que el hambre emocional y los ataques de comida son un círculo vicioso. Cuando quieras un alimento, no sientas que tienes que satisfacer tu deseo inmediatamente; Resiste este deseo durante 3-4 minutos, serás feliz cuando veas que lo has logrado. Para mantener el control sobre los antojos repentinos de comida, escriba notas motivadoras (¡No se rinda! ¡La comida no aliviará su dolor!) en su hogar o lugar de trabajo y colóquelas en áreas que vea con frecuencia.
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Te ayudará a ser más fuerte y a afrontar los acontecimientos negativos, te facilitará las cosas y tus crisis alimentarias disminuirán. Sé bueno contigo mismo, deja de criticar y culpar sin piedad, cuídate y valorate.
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Fortalece tu entorno social y tus habilidades comunicativas. No dudes en pedir ayuda cuando la necesites. No esperes que la gente entienda tus sentimientos, exprésate.
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