Existen 5 lenguajes del amor según una clasificación. Palabras de afirmación, tiempo de calidad, actos de servicio, recibir regalos, contacto físico. Dentro de esta clasificación, una persona puede descubrir en qué área es más feliz cuando la tratan.
El lenguaje en el que quiero centrarme es el del contacto físico. Especialmente las expresiones de los padres que encuentro de vez en cuando sobre el contacto físico. Rara vez veo madres a las que no les guste tocar a sus hijos. No les gusta el tacto, no sólo hacia su hijo sino también en general. A esa persona, de alguna manera por su educación, no le gusta tener relaciones muy cercanas con la gente. En general pueden ser personas algo duras y distantes. Pero lo que más aprecio es su capacidad para expresar esta situación de forma muy clara y honesta. Porque no es fácil decir que no me gusta tocar a mi hijo. Sé que no fue un comportamiento malicioso de ninguna manera. Sin embargo, también temo que la ausencia de este contacto, que es la piedra angular del apego seguro, creará una debilidad en la relación en el futuro.
El apego seguro se sustenta en los ojos, la voz y piel. El sistema que necesita un bebé se compone exactamente de estos. Y cuanto más equilibrado esté, más bonito será. Hay muchos niños criados por una generación que no puede abrazar, cuidar ni hablar. Y los niños sienten más la falta de satisfacción emocional que experimentan cuando ven las estrechas relaciones de sus amigos con sus familias.
Una escena nunca sale de mi mente. El niño, que llega a la puerta del colegio con su madre, es abandonado apresuradamente y su madre se marcha con expresión de despedida. Luego viene su compañero de clase con su madre y besan y abrazan a su madre y se despiden. El otro niño, que está observando esta situación, de repente se vuelve hacia la madre de su amigo y le dice: "¿Puedes abrazarme a mí también?"
Algunas cosas deben abordarse. Es posible que sus padres nunca lo hayan abrazado o nunca le hayan expresado amor. Después de todo, cada padre aplica lo que sabe y ve. Una parte de nosotros también puede entenderlos. Pero esta comprensión no puede ser una excusa para nuestro propio comportamiento. Mi madre y mi padre eran así, y cuando nos dicen qué hacer, no podemos hacerlo, nos encontramos en una situación más difícil que esos padres. Porque es una gran injusticia decir esto en un momento en el que hay tantas oportunidades y recursos. La luz sucederá.
Como siempre, nuestro camino conduce nuevamente a la conciencia. Antes de todo este proceso, nuestros procesos cognitivos estarán sanos para que podamos ser conscientes de que las cosas son diferentes o cambian.
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