Ataque de pánico y ¿qué debemos hacer durante un ataque de pánico?

El ataque de pánico o trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad que nos hemos encontrado con frecuencia en la sociedad en los últimos años. Las quejas de este problema, que puede presentarse de forma inesperada y sin ningún problema, continúan con palpitaciones, temblores, sudoración, sofocos, náuseas y entumecimiento en el brazo. En primer lugar; Se manifiesta con dolor en el pecho o mareos. Como el paciente no sabe cuándo experimentó este ataque, pasa su tiempo en constante ansiedad y ansiedad. Todo el mundo puede experimentar sentimientos de ansiedad y pánico en determinados momentos. Sin embargo, para una persona que sufre un trastorno de ataque de pánico, los sentimientos de ansiedad, ansiedad, pánico y estrés ocurren con regularidad y, a menudo, sin razón aparente. El trastorno de pánico es un trastorno mental asociado con ataques de pánico. Podemos observarlo como una dificultad para adaptarnos al flujo natural de la vida debido a la ansiedad de morir o de ser dañado debido a los síntomas que se presentan durante un ataque de pánico.

¿Qué debemos hacer durante un ataque de pánico y ¿Qué puedes hacer tú mismo para prevenirlo?

No debemos luchar contra el ataque. Quédese donde está si es posible. Concéntrese en lugares positivos, tranquilos y relajantes. Recuerda que el ataque pasará. Recuerde, esto no es una amenaza para su vida. Respira lenta y profundamente. Tenga en cuenta que un ataque de pánico es un estado mental y recuerde que no está solo. Conozca a otras personas que tienen ataques de pánico. No huya de los lugares donde tuvo ataques de pánico. Concéntrese en un lugar en lugar de cerrar los ojos durante el ataque. Trate de disminuir su frecuencia respiratoria. Haga ejercicio y, lo más importante, preste atención a sus patrones de sueño. Siga un programa de nutrición regular. Concéntrate en vivir tu día lo mejor que puedas sin pensar en el mañana

Se pueden leer libros de autoayuda para la ansiedad basados ​​en los principios de la terapia cognitivo conductual. Además de deportes de estilo de vida saludable como pilates o yoga, se pueden utilizar masajes relajantes o aromaterapias. Se pueden aprender técnicas de respiración para ayudar a aliviar los síntomas y se puede realizar ejercicio físico regular para reducir el estrés y la tensión. Se puede reducir el consumo de alimentos y bebidas azucarados, alcohol, cafeína y cigarrillos, ya que pueden empeorar los ataques. .

 

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