Desde el primer momento que tienes a tu bebé en brazos, eres lo único que conecta con el mundo. Tu pequeño, que empieza a sentarse, luego a gatear y finalmente a caminar, tiene la oportunidad de conocerse y explorarse a sí mismo y al entorno con sus propios ojos. En este proceso de descubrimiento, tu bebé, que necesita definirse a sí mismo y a menudo lo que le pertenece, comienza a utilizar las palabras "yo" y "mío" con frecuencia. Para tu pequeño explorador, hay objetivos que alcanzar y muchos objetos que explorar. Comienza a utilizar la sensación de control que ha desarrollado contra todo tipo de objetos a su alrededor, casi como si fuera el centro del mundo. Este período, que abarca las edades de 2 a 4 años, se denomina pensamiento egocéntrico. Tu hijo protege su propio espacio, se identifica con los objetos que le rodean y no quiere compartirlos con los demás. Por este motivo, la queja más común de los padres de entre 2 y 4 años es que los niños no saben compartir. Durante este periodo, tu hijo tiene miedo de perder el juguete que otra persona le ha quitado, pensando que no volverá a él, provocando que sienta enfado y ansiedad.
¿Qué tal aprender a ¿compartir? ¿Deberíamos compartirlo todo?
Como cualquier emoción, compartir no es un rasgo innato. Cuando los niños alcancen la madurez cognitiva necesaria, aprenderán a compartir con la observación y su guía. Sin embargo, al animar a su hijo a compartir, es útil recordar que él tiene una personalidad y no siempre tiene que compartirlo todo. Mientras va al patio de recreo, el niño puede elegir juguetes de la caja que acepta compartir para para prevenir cualquier problema con otros niños desde el principio. ¿Cuál de tus animales te gustaría regalarle a tu amigo? ¿La vaca o el cordero? Con este comportamiento, nuestro hijo se sentirá más seguro sabiendo que tiene derecho a tomar decisiones y elecciones.
Ser un modelo positivo y mostrar ejemplos de compartir en este proceso. Eres bastante importante. Al ver que usted comparte un artículo como padre, su hijo verá que cuando se le da un artículo a otra persona, puede recuperarlo, que tiene derecho a recuperarlo cuando quiera y que la confianza y la cooperación mutuas se puede establecer gracias a compartir. No lo querríamos, ¿verdad?
Sin embargo, cuando alguien elige no compartir su juguete con él, también necesita aprender a afrontarlo. con la decepción y la tristeza que experimentan. En esta situación difícil, "Estás molesto/enojado porque tu amigo no compartió su juguete", etc. como apoyo. Puede ayudarlos a entender sus sentimientos. Los niños que comparten sus juguetes sólo porque la persona que tienen delante llora desarrollan la percepción de que sus sentimientos no son atendidos por nadie y que los sentimientos de los demás son más importantes que ellos, y esto provoca que la autoestima y la confianza en sí mismos se vean afectadas. dañado con el tiempo y comienza a ver sus desventajas más claramente y comienza a regular su comportamiento en consecuencia. Generalmente, a la edad de 5-6 años, han aprendido a compartir y jugar cooperando en el grupo.
Si esta habilidad aún no se ha adquirido en la edad de primaria, puede ser útil contar con el apoyo de un experto. .
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