La confianza en uno mismo se puede definir como conocer las propias capacidades y emociones, amarse a uno mismo y tener
confianza en uno mismo. La confianza en los niños comienza a desarrollarse al nacer y
es un fenómeno que se desarrolla a lo largo de toda la vida. La confianza en uno mismo, que se desarrolla a través de los mensajes dados por la familia al niño en los primeros años, continúa desarrollándose con el entorno de maestros y amigos cuando el niño comienza la escuela.
. Existen muchos factores importantes en el desarrollo de la confianza en sí mismos en los niños
Pero los más importantes son los padres, las primeras personas a las que el bebé está firmemente apegado.
La actitud de los padres hacia el niño, su estilo de crianza y sus expectativas del niño crean efectos constructivos o destructivos en el desarrollo de pensamientos positivos del niño sobre sí mismo.
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La relación que un niño establece con sus padres durante la infancia juega un papel muy importante en su desarrollo.
. Dado que el primer entorno social que encuentra un niño es su familia, cuánto y cómo se satisfacen sus necesidades físicas y emocionales juega un papel importante en su desarrollo. Las reacciones y comportamientos de la familia, que es el primer entorno social que encuentra el niño, afectan todo su proceso de desarrollo. El niño moldea sus emociones y comportamientos según el entorno social al que pertenece, por lo que el sentimiento de confianza en sí mismo
se forma en la familia, que es el primer entorno social. Las actitudes tempranas de los padres y la educación durante la infancia juegan un papel muy importante en la formación de las propias emociones y la confianza en sí mismo del niño.
. Un niño que se siente amado dentro de la familia, que siente que sus necesidades son satisfechas y que es valorado, no se verá muy afectado por las reacciones negativas de quienes lo rodean/
o incluso si Si lo es, podrá afrontar esta situación fácilmente.
Síntomas de falta de confianza en uno mismo en los niños
● Si no puede expresar sus propios sentimientos y pensamientos,
● Si evita deberes y responsabilidades,
● Separarse de las personas con las que se siente seguro Si tiene dificultades,
● Se pone ansioso cuando entra en nuevos ambientes, quiere un adulto con él y no se siente cómodo,
● Si tiene dificultad para tomar decisiones,
● Si no puede poner límites en sus relaciones,
● Si evita estar en ambientes sociales.
● Si se siente constantemente vergüenza, culpa y falta de amor.
¿Cómo se puede apoyar la confianza en sí mismo del niño?
● Puede prestar atención a los sentimientos y pensamientos del niño y preguntarle ¿cómo está? "¿Qué te hizo feliz hoy?" “¿Te molestó algo hoy?”
● Es muy importante que las expectativas que la familia tiene del niño sean apropiadas para su edad. Un niño del que no se espera nada evita asumir tareas y no recibe apoyo para superarse. Por otro lado, un niño criado con altas expectativas sobre su propia capacidad puede mantenerse alejado de la superación personal porque le preocupa cometer errores.
● Cuando no están seguros de sus propias habilidades, es posible que necesiten apoyo de un adulto. Animarle a probar algo nuevo y demostrarle que puede hacerlo le facilitará dar el paso. La frase "Empiece usted, estoy aquí si necesita ayuda" le ayudará a dar el siguiente paso.
● Dale pequeñas responsabilidades y hazle sentir una sensación de éxito.
● Hazles sentir lo importante que es para ti su existencia. Diles siempre que tu amor por ellos no depende de su éxito o fracaso, sino de lo importantes que son para ti y de cuánto los amas.
● Apoye a su hijo para que participe en actividades y actividades que se alineen con sus intereses y habilidades. De esta manera, puede ayudarlos a desarrollar la confianza en sí mismos al revelarles sus talentos existentes.
● No mantengas las expectativas de tu hijo por encima de su nivel. Establezca metas que puedan alcanzar y ayúdelos a lograrlas.
● Cree un ambiente en su hogar donde todos puedan confiar unos en otros y compartir fácilmente su felicidad, tristeza, fracasos y decepciones.
La adolescencia es un período de considerables cambios físicos, psicológicos y de comportamiento que comienza a los 11-12 años. Aparece como un período de rápido desarrollo. Durante este período ha surgido otro hecho que debe ser aceptado por los padres: tu hijo ahora se está volviendo autónomo y en camino hacia la individualización, saliendo de la relación de dependencia y convirtiéndose en un individuo que te necesita menos. Los padres, que entraron en una nueva diferencia en sus vidas con este fenómeno difícil de aceptar, afrontaron esta situación con la primera rebelión y el primer conflicto con su hijo. Sí, sigue siendo tu hijo sin importar la edad que tenga. Pero ya no es un "niño" sino un "joven" que intenta crecer. Su hijo de primaria armonioso, obediente y equilibrado es reemplazado por un adolescente más ansioso, distraído, indeciso y, a veces, irritable.
En este período, las emociones provocan cambios instantáneos y las reacciones del adolescente no se pueden predecir. Es en este punto cuando me viene a la mente la pregunta importante: ¿Cómo debo tratar a mi hijo y ponerle límites?
Las actitudes de los padres que actúan como "democráticos", que toman la libertad del niño como un principio y que actúan como "amigos", con el objetivo de fomentar que el niño comparta, que que he escuchado con mucha frecuencia últimamente, pasan a primer plano. Me pregunto dónde exactamente es necesario trazar la línea en este punto. Cada
niño desea la presencia de un padre que lo guíe en el mundo desconocido que tiene ante sí. Para que perciban el mundo como un lugar seguro, primero deben establecer una unidad y separación seguras con sus padres. En esta separación, el niño necesita que la autoridad paterna determine qué tan seguras o inseguras son las acciones en las que participa. En otras palabras, en estos períodos complejos en los que busca su identidad, está esperando a un adulto que lo detenga cuando se pierda y a un padre que pueda decirle "no" o "basta" explicándole el motivo por el cual se pierde. se encuentra con una situación peligrosa.
Los mecanismos de control y limitación, cuyas bases se sentaron en las primeras etapas de la infancia, continúan conteniendo esta necesidad en la adolescencia, cuando vuelven a cobrar protagonismo. El acto de establecer un límite seguro durante la niñez se convierte en un período de preparación que ayuda a facilitar este proceso en la adolescencia. Habrá muerto.
¿Por qué son necesarios los límites?
En este período, que es una de las etapas importantes del desarrollo de la identidad, donde surgen preguntas sobre quién es uno mismo, el niño intenta formarse y construir su propia imagen. En esta fase donde el niño tiene que redefinirse, querrá ver una figura paterna segura y limitada que no se desmorone al apoyarse en él.
Por lo tanto, en este período en el que las relaciones de amistad han aumentado considerablemente, lo que necesita no es un amigo, sino una imagen de unos padres adultos que puedan mantenerlo con seguridad dentro de un marco determinado. Los padres, que con todas sus buenas intenciones intentan ayudar a los niños a expresar sus propias ideas y desarrollar su confianza en sí mismos, pueden describir el establecimiento de límites como una acción que obstaculiza y detiene a sus hijos. Sin embargo, poner límites no significa prevenir, sino mostrar un camino al niño en su vasta naturaleza y servirle de guía en la formación de una personalidad sana y segura.
Los niños, al igual que los patitos, continúan las acciones y comportamientos de sus padres con la intención de seguir el camino seguro de sus padres. Un niño que se esfuerza por convertirse en un individuo necesita límites y reglas claras. Intenta expresar esta necesidad superando sus límites de vez en cuando. En algunos momentos, el niño realiza algunas acciones extremas para que los padres las vean, como si dijera "que alguien me detenga", repite estas acciones una y otra vez y muestra la necesidad de establecer límites para poder existir de forma segura. Aunque en esta etapa el niño tiende a abrirse al mundo exterior diciendo "déjenme" a sus padres, en realidad da señales silenciosas de querer ser visto y notado por sus padres.
¿Qué significa familia democrática?
Quizás el aspecto más sensible en el que hay que centrarse durante la adolescencia del niño es la mala interpretación del entendimiento democrático familiar. Una estructura familiar democrática no significa que padres e hijos tengan los mismos derechos y tomen decisiones por igual; debe ser un sistema en el que todos los miembros de la familia puedan compartir sus pensamientos y sentimientos, pero se preservará la brecha generacional. Es decir, el niño puede expresar su opinión y criticar las decisiones tomadas y las limitaciones impuestas. Debería poder hacer lo que hace, pero aún así debería saber que tiene que cumplir con estas reglas.
En este punto, la postura "consistente" y "determinada" de los padres es muy importante y juega un papel clave en la configuración del comportamiento en un ambiente seguro.
¿El significado de las relaciones entre pares?
Durante este periodo, la importancia de la comunicación con los compañeros aumenta y las opiniones de los amigos pasan a primer plano en las decisiones actuales a tomar. Separar al niño de casa para que pueda dar sentido a sus propios sentimientos y estilos de vida se considera parte de un desarrollo saludable. Durante este proceso pueden surgir dificultades en la comunicación familiar y, en ocasiones, los padres pueden preocuparse por el joven cuyos vínculos con el hogar se relajan. Durante este período, necesita un grupo de compañeros que tengan preocupaciones comunes como él, que puedan comprenderlo y con quienes pueda sentir un sentimiento de pertenencia fuera de la familia. En este sentido, los grupos que no existen en una intensa ilimitación en términos de comportamiento aparecen como una herramienta de socialización que se apoya mutuamente y juega un papel importante en la adquisición de independencia del niño.
Por una relación segura y limitada
Sin olvidar la necesidad de apego del niño que no ignora las dificultades y la libertad de esta fase en la que se encuentra, y la acción limitante que necesita en este momento, confrontar al niño como padre con un discurso único y coherente, explicarle qué está prohibido y por qué, y qué no es bienvenido, no criticar al niño delante de los demás, acusar el comportamiento del niño más que su personalidad, en definitiva, guiar al niño a individualizarse en el camino hacia la adolescencia, y apoyar el esfuerzo de liberación dentro de fronteras seguras es muy importante.
Para que nuestros hijos se desarrollen como personas sanas, seguras y conscientes de su potencial, necesitan imágenes parentales adultas y sólidas. Estas figuras paternas serán el valor más valioso que sus hijos podrán aportar a la formación de su propia personalidad. No le diga a su hijo "no" desde el principio a algo a lo que eventualmente le dirá "sí".
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