No poder decir que no

Pensémoslo de esta manera; ¿Cuántas veces en nuestras vidas hemos aceptado lo que dijeron y hecho esas cosas porque no pudimos decirle que no a la gente? Creo que no es posible recordar este número. Porque a veces está tan arraigado en nuestro carácter que sin saberlo aceptamos lo que nos dicen sin objetar ni cuestionar. Luego llega un momento en el que o perdemos la paciencia o empezamos a cuestionarnos esta situación dentro de nosotros mismos, y al cabo de un tiempo, no poder decir que no a la gente empieza a molestarnos.

Entonces, ¿por qué hacemos esto?

Aunque la respuesta varía de persona a persona, podemos pensar en ello como no herir a la otra persona, evitar que tenga una idea equivocada sobre nosotros y evitar que nos excluya del entorno en el que nos encontramos. Cambiar esta situación no es tan fácil como parece. Por eso es necesario analizar detenidamente a qué no podemos decir que no. Prepárate una lista para esto. En esta lista, escribe a quién y a qué no puedes decirle que no. Luego decide cuál es tu prioridad. Entonces, pregúntate si no puedes decir no a personas o situaciones. Si no puedes decirle que no a la otra persona sin importar cuál sea la situación, primero revisa tu relación con esa persona. Si no puedes decir que no a ninguna situación, entonces empieza a cuestionarte. Pero en ambos casos, recuerda que tú también tienes tus propios pensamientos, ideas y, en consecuencia, cosas que haces y no quieres hacer en la vida. Date el derecho de decir no a los demás. Recuerda que tú, como todos, tienes este derecho. Por esta razón, ni la exclusión ni la amenaza de que la otra persona tenga pensamientos erróneos sobre ti no deben restringirte. Si la otra persona tiene una idea equivocada de ti o piensa cosas negativas de ti, te hace quedar mal, incompatible, incompatible, antipático, etc. uno no lo hace. Por este motivo, date a ti mismo y a la otra persona el derecho de decir no a las cosas que no quieres hacer o con las que no estás de acuerdo.

 

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