¿Por qué mis cosas nunca terminan?

La psicología de la procrastinación

La gente procrastina de vez en cuando en orden de importancia. La situación que aquí requiere intervención clínica es que la persona pospone lo que debe hacer aunque sepa que el resultado será negativo. La base de la procrastinación es la incapacidad de gestionar estados de ánimo y emociones negativos. La mente humana está programada para satisfacer primero las necesidades a corto plazo, no las necesidades a largo plazo. Es decir, posponer el trabajo para eliminar el estado de ánimo negativo experimentado antes de realizar el trabajo será la primera opción de nuestra mente. Posponer el trabajo estresante por un tiempo y pasar a un tema más agradable para la persona tiene un efecto relajante a corto plazo. Nuestro cerebro busca constantemente recompensas que le proporcionen placer. Por esta razón, las personas continúan repitiendo el mismo comportamiento a menos que exista un método para romper este ciclo de procrastinación. A medida que el trabajo por realizar continúa existiendo, emerge como estrés, ansiedad, culpa y trae consigo emociones intensas y procesos cognitivos negativos como afectar negativamente la autoestima.

¿Por qué podría hacerlo? ¿Estoy postergando las cosas?

¿Qué hacer si la procrastinación tiene que ver principalmente con nuestro estado de ánimo y no con la productividad o el éxito?

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