Los cuadros infantiles son una puerta mágica a su mundo interior. Los niños cuyo vocabulario aún no se ha desarrollado lo suficiente no tienen habilidades suficientes para describir las emociones que experimentan. Cuando experimenta una situación que le molesta, a veces puede simplemente llorar o enfadarse. En este caso, los adultos pueden tener dificultades para entender por qué el niño llora o está de mal humor. Cuando le preguntan al niño, no pueden obtener una respuesta satisfactoria. Por tanto, los dibujos infantiles son una forma importante de llegar a la vida interior del niño. Sin embargo, hay una cuestión importante que no debería pasarse por alto aquí. En general, la interpretación de las pinturas está muy abierta a la reflexión. Cuando las personas miran una imagen, tienden a ver primero las partes que muestran su mundo interior. En este caso, existe una gran posibilidad de que el intérprete se esté reflejando al interpretar el dibujo del niño. Por estos motivos, es fundamental que el niño interprete el dibujo sólo por sí mismo. De hecho, se pueden obtener respuestas más precisas si no se prefieren preguntas capciosas al preguntar al niño sobre la imagen.
Un niño de tres años puede explicar sus pequeños garabatos como "mamá", "papá". , "auto". Si se mira con valor el dibujo del niño y se escucha con interés lo que cuenta, surgirá su deseo de contar. Exhibir estas pinturas es una indicación de que las valoramos. De hecho, mantener estas imágenes en un archivo es muy valioso para recordarlas en el futuro.
Leer: 0