Los pacientes pueden optar por asistir al tratamiento solos o con sus parejas. La duración del tratamiento y la frecuencia de las sesiones varían según el tipo de problema. Es natural sentirse incómodo, especialmente durante el primer examen. La mayoría de las personas tienen dificultades para hablar de sexo. Especialmente hablar de problemas sexuales con un extraño puede resultar incómodo. Tu terapeuta es consciente de esta situación y te ayuda a sentirte cómodo. La entrevista será confidencial entre el paciente y el terapeuta.
La evaluación comienza con la valoración de salud general del solicitante. La evaluación continúa con preguntas destinadas a comprender la historia sexual de la persona, su educación sexual y sus preocupaciones especiales sobre el sexo. Muchas enfermedades médicas causan disfunción sexual en las mujeres. Se deben cuestionar enfermedades como la hipertensión, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la depresión, el cáncer de colon, el cáncer de mama, la esclerosis múltiple y los accidentes cerebrovasculares.
Las enfermedades ginecológicas también pueden alterar las funciones sexuales. Durante el examen, se examina si existen enfermedades como endometriosis, quiste de Bartolino, vaginitis, prolapso uterino, prolapso de vejiga, atrofia vaginal, vulvadinia, vaginismo. Se solicitan análisis de sangre para determinar los niveles hormonales.
Además, la mayoría de los medicamentos afectan negativamente las funciones sexuales. Se tienen en cuenta los medicamentos que afectan las funciones sexuales, como los medicamentos para la presión arterial y los medicamentos para la depresión que usa el paciente. El tratamiento médico se brinda de acuerdo con el problema médico del paciente.
Al respetar las creencias del paciente, las diferencias culturales y étnicas son bienvenidas. Nunca se aplican enfoques de tratamiento poco éticos y no científicos. Si algún aspecto del tratamiento hace que la persona se sienta incómoda, debe expresarlo. En caso de enfoques terapéuticos poco éticos, sería apropiado que la persona cambie de terapeuta.
Se le pueden dar tareas al paciente para que las haga en la privacidad de su hogar. El éxito durante la terapia sexual depende de la determinación de la persona de recibir tratamiento. Ya sea que esté solo o en pareja, la voluntad de esforzarse ayuda a una persona a alcanzar sus objetivos sexuales
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