3.1. ADICCIÓN A SUSTANCIAS
El alcohol, el tabaco, la heroína y muchas otras drogas se pueden encontrar en nuestra sociedad. Si bien la enfermedad, la muerte, la baja productividad y la delincuencia están asociadas con la adicción a las drogas, en general tienen un costo emocional y social inconmensurable. Los psicólogos y psiquiatras definen la adicción como un trastorno neuropsiquiátrico caracterizado por un deseo recurrente de seguir consumiendo la droga a pesar de las consecuencias nocivas. (Goldstein y Volkow, 2002). Los criterios diagnósticos concretos para el abuso de sustancias (o drogadicción (Camí J, Farré M 2003)) se establecen en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) o en la Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (CIE-10). y se utilizan para diagnosticar adicción y
La adicción se puede definir como la pérdida de control sobre el uso de drogas o el comportamiento de buscar y consumir drogas a pesar de las consecuencias negativas (Nestler, 2001). Un trastorno neuropsiquiátrico caracterizado por una deseo de seguir consumiendo drogas (Goldstein & Volkow, 2002) Este comportamiento de búsqueda de drogas está asociado con el deseo y la pérdida de control (Shaffer et al., 1999) La adicción resulta de actos de uso de drogas y a menudo requiere exposición repetida a las drogas. Este proceso está fuertemente influenciado tanto por la composición genética de una persona como por el contexto psicológico y social en el que se produce el consumo de drogas.
DSM-V – 2013 En general, el diagnóstico de un trastorno por consumo de sustancias
Criterio A: Desarrollo de un síndrome específico de una sustancia debido a la ingestión reciente de una sustancia.
Criterio B: Cambios en los efectos fisiológicos de la sustancia en el sistema nervioso central
Criterio C : El síndrome de sustancia específica causa malestar o deterioro clínicamente significativo en áreas sociales, ocupacionales u otras áreas importantes del funcionamiento.
Criterio D: Los síntomas distintos de los que no pueden atribuirse a una afección médica y no se explican mejor por otra trastorno mental.
3.2. DIAGNÓSTICO DE ADICCIÓN A SUSTANCIAS
En general, una adicción a las drogas o un trastorno por uso de sustancias se puede diagnosticar después de una evaluación exhaustiva por parte de un psicólogo clínico, psiquiatra o un consejero autorizado en materia de alcohol y drogas. Los criterios diagnósticos actuales están incluidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) (DSM V, 2013). Estos incluyen:
Tomado en cantidades mayores o durante más tiempo de lo previsto;
Un deseo persistente o esfuerzo infructuoso para reducir o controlar el uso de la droga/sustancia;
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Pasó mucho tiempo en actividades necesarias para obtener y usar drogas/sustancias o para recuperarse de sus efectos;
Croing o un fuerte deseo o impulso de usar la droga/sustancia;
Uso repetitivo que resulta en el incumplimiento de obligaciones importantes en el trabajo, la escuela o el hogar;
Uso continuado a pesar de problemas sociales o interpersonales persistentes o recurrentes causados o exacerbados por los efectos de drogas;
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Abstinencia o reducción de actividades sociales, ocupacionales o recreativas importantes debido al uso de drogas/sustancias;
Consumo repetido, incluso cuando sea físicamente peligroso; p>
Posiblemente inducido o exacerbado por drogas. Uso continuo de drogas/sustancias a pesar del conocimiento de un problema físico o psicológico persistente o recurrente;
Tolerancia, definida por uno de los siguientes: (a) intoxicación o la necesidad de una cantidad notablemente mayor de la droga/sustancia para lograr el efecto deseado, (b) efecto significativamente reducido con el uso continuo de la misma cantidad de droga/sustancia;
Abstinencia manifestada por cualquiera de los siguiente: (a) síndrome de abstinencia característico de la droga/sustancia, (b) droga/sustancia tomada para aliviar o prevenir los síntomas de abstinencia.
Estos 11 criterios incluyen un control deficiente sobre la sustancia (criterio 1-4) , deterioro social (criterio 5-7), uso de riesgo (criterio 8-9) y farmacológico como criterio (criterio 10-11) se puede dividir en subgrupos. Sin embargo, cabe señalar que diferentes tipos de medicamentos cumplen diferentes conjuntos de criterios de abstinencia y, por lo tanto, los diagnósticos específicos deben referirse a conjuntos de criterios de abstinencia específicos de cada fármaco.
SECCIÓN 4
4.1. ADICCIÓN A SUSTANCIAS Y TRAUMA INFANTIL
existe amplia evidencia (Kendler et al., 2000; Molnar et al., 2001; Nelson et al., 2006; Sinha, 2001, 2008). La exposición al estrés durante la infancia y la adolescencia puede alterar el desarrollo de las regiones del cerebro responsables de regular las respuestas emocionales y conductuales al estrés, la toma de decisiones, las conductas de recompensa y la impulsividad, incluida la corteza prefrontal (Blanco et al., 2015; Heinrichs, 2005; McCrory et al. al., 2012; Sinha, 2008). También puede haber interacciones entre el trauma infantil y la falta de apoyo social o de los padres, habilidades de afrontamiento desadaptativas y niveles de estrés diario que contribuyen a la adicción a las drogas en el futuro (Sinha, 2001). El trauma experimentado en la edad adulta también se asocia con el riesgo de abuso de sustancias. Por ejemplo, las personas dependientes de la cocaína reportan significativamente más tipos de traumas a lo largo de su vida que las personas dependientes de la cocaína (Afful et al., 2010). Además, los estudios (Miranda et al., 2002) revelaron que entre el 60% y el 70% de las mujeres inscritas en un tratamiento por abuso de sustancias informaron de antecedentes de violencia de pareja en los que se podían utilizar sustancias como método de afrontamiento (Lincoln et al., 2006). Sin embargo, existe evidencia sólida de una asociación entre el trastorno de estrés postraumático (TEPT) relacionado con la guerra y el posterior abuso de sustancias (Bremner et al., 1996; Davis y Wood, 1999; McFall et al., 1991; Seal et al. , 2012). Además, la comorbilidad del trastorno de estrés postraumático y el trastorno por uso de sustancias es extraordinariamente alta (Brady et al., 2004), especialmente la adicción a opioides (Fareed et al., 2013). evento traumatico Como ha demostrado el trastorno de estrés postraumático (American Psychiatric Association, 2013; Reddy, 2013), el estrés crónico puede desencadenar estrés crónico, para el cual a menudo se utilizan medicamentos para escapar de emociones angustiosas y recuerdos traumáticos (Brady et al., 2004). Esta hipótesis puede ampliarse para incluir a los supervivientes de traumas que se recuperan de un trauma sin un diagnóstico clínico de trastorno de estrés postraumático y luego comienzan a utilizar drogas para afrontar angustias no traumáticas en la vida diaria, lo que lleva a un ciclo de adicción (Bremner et al., 1996; Charney et al., 1993). ).
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