Una persona que ha sido sometida a acoso y violencia transmite su trauma. Las sociedades también transmiten sus traumas a las nuevas generaciones. La moralidad no es algo atractivo. Rendirse a un lenguaje que enfatiza la moral y no poder rendirse ante la amistad, la sexualidad y el otro se deben a las dudas transmitidas de madre a hijo. El éxito a veces surge de la falta de confianza en uno mismo. Una mujer que piensa que cualquier persona excepto ella dañará a su hijo para poder criarlo y protegerlo correctamente, enfatiza que los demás son inmorales. Gastar dinero en otros para ser moral no es moralidad sino hipocresía. Cometemos fraude cuando constantemente le decimos al niño que sea moral.
Necesitamos transmitirle a nuestro hijo que ni el bien ni el mal pueden residir en un solo cuerpo, y que no es posible definir completamente el bien y el mal. demonio. Para que tengamos moralidad, necesitamos estar en paz con nuestra propia realidad. Quizás sea la única realidad del niño humano que hay buenos entre los malos y malos entre los buenos.
La adolescencia es una crisis porque pueden surgir problemas de identidad en los padres. La adolescencia es una crisis porque decimos adiós a una pena y saludamos a otra. Estamos pasando del infierno de la infancia al infierno de la adolescencia. El adolescente tiene que entrar en conflicto mientras se define. El conflicto es una necesidad para los adolescentes. Se trata de una crisis de poda neuronal.
El joven lucha con los rasgos de temperamento que lleva en sus genes, los efectos de su relación con su cuidador y los efectos de su entorno social, al mismo tiempo que intenta adaptarse. a los cambios físicos en su cuerpo. En este período en el que se revisan las conexiones de todo ello, tomando lo útil y podando lo que no lo es, el adolescente necesita límites sólidos para determinar sus propios límites. La lógica básica del conflicto es determinar los propios límites excediendo los límites de los padres. A medida que el bebé crece, los fantasmas deambulan por su habitación. Vive con 14 de sus padres. Las energías invisibles de los padres y de sus padres circulan por la habitación del bebé. La información transferida es el contenido de los genes del niño humano moldeado por influencias socioculturales. La juventud es el doloroso proceso en el que esta transferencia se transforma en personalidad. Para superar este período de forma saludable, los padres deben enfrentarse a sí mismos. Es posible con el coraje de saber. A nuestro alrededor hay padres que niegan su propia adolescencia y envidian la de sus hijos
El mayor handicap de los padres hoy en día es quizás que aún no han terminado su propia adolescencia. Ser niño cuando los padres eran crueles y ser padre cuando los niños eran crueles hizo que esta generación tuviera dificultades para encontrar una identidad. Aquí es donde se alimenta la falacia de "soy amigo de mi hijo". Los adolescentes quieren coherencia y continuidad en las relaciones. Los adolescentes necesitan la guía de sus padres, no su amistad.
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