El TOC, o trastorno obsesivo-compulsivo, o trastorno obsesivo-compulsivo, se produce cuando una persona se ve perturbada por pensamientos involuntarios que le vienen a la mente y constantemente adopta diversas conductas para eliminar el malestar causado por estos pensamientos. En otras palabras, el trastorno obsesivo compulsivo suele tener dos etapas. Pensamientos involuntarios y perturbadores que vienen a la mente; comportamientos que intentan aliviar este malestar. Sin embargo, en algunos tipos, sólo los pensamientos ocupan la mente. La persona no actúa para eliminar el malestar que le provocan estos pensamientos. Ya sea que consista únicamente en pensamientos que perturban la mente o en pensamientos y comportamientos que siguen a estos pensamientos, el TOC es una enfermedad psicológica que reduce gravemente la calidad de vida de una persona y la hace infeliz a ella y a su entorno. La buena noticia es que es tratable: el TOC es una enfermedad tratable.
El tipo más común de TOC implica contaminación/ansiedad por contaminación. Estas personas pueden exhibir diversos comportamientos de evitación y compulsiones, pensando que serán infectados con un microbio. El mejor ejemplo de compulsiones es el comportamiento constante de lavarse las manos. La característica más importante que distingue el lavado de manos de una persona con TOC del lavado de manos normal es el lavado constante que se realiza una y otra vez. La persona se lava las manos, pero no puede estar convencida de que estén limpias y las lava una y otra vez. Por esta razón, las manos de estas personas suelen irritarse debido a los productos químicos utilizados, como el jabón, y al lavado frecuente. Estas personas pueden usar lejía de vez en cuando para limpiarse las manos, o pueden lavarse las manos constantemente mezclando lejía con jabón. Usar lejía acelera la irritación de las manos. La idea de que el microbio observado en esta enfermedad pueda transmitirse puede generar muchas conductas de evitación. Por ejemplo, una persona no toca las manijas de las puertas con las manos desnudas porque cree que sus manos contraerán gérmenes. Abre la puerta usando más servilletas o abre la puerta usando el codo/brazo en lugar de la mano. Especialmente las puertas de los baños públicos son una pesadilla para estas personas.
El tipo más común de TOC es la contaminación/contaminación, lo que hace que esta enfermedad sea conocida entre el público como una enfermedad de la limpieza. Él fue quien lo hizo. Sin embargo, el TOC también puede presentarse con diferentes síntomas. Al nombrar en base a estos síntomas, se ve que existen los siguientes tipos de TOC: TOC de duda/control, TOC de orden/simetría, TOC de pensamiento inapropiado (religioso, sexual, agresivo), TOC de pensamiento supersticioso y TOC de acaparamiento.
En el TOC de duda/control, la persona puede dudar constantemente si ha completado tareas importantes, como si cerró la puerta con llave, cerró el gas, cerró el agua o cortó la electricidad. Para eliminar esas dudas que les vienen a la mente de forma obsesiva, revisan las cosas de las que dudan. Pero los controles no los tranquilizan. Incluso después de comprobarlo, duda si lo hizo o no. Estas personas pueden tener miedo de cometer errores. Por ejemplo, el miedo a olvidar una cita importante, el miedo a entregar un mal encargo, el miedo a hacer un mal trabajo. Este miedo muchas veces les impide hacer lo que quieren hacer. Las personas con TOC de duda/control también pueden buscar constantemente tranquilidad. Quieren constantemente tener la seguridad de que sus familiares los quieren y de que sus hogares no corren peligro. Pero incluso cuando se les brinda tranquilidad, a menudo no quedan satisfechos. Persiguen una y otra vez o nuevas seguridades.
En el TOC de orden-simetría, la persona quiere orden y simetría en todo y siempre. No se siente satisfecho ni cómodo hasta que ciertas tareas se realizan “completamente”. Donde se busca el orden y la simetría puede variar de persona a persona. Algunos quieren libros en orden, a algunos les gustan los gabinetes, a algunos les gustan los números, a algunos les gusta el dinero, a otros les gustan los flecos de las alfombras.
En el TOC de pensamiento inapropiado, las personas pueden tener pensamientos religiosos, sexuales o agresivos que son inapropiados para la sociedad. Durante el culto pueden venir a la mente pensamientos con contenido religioso inapropiado, como pensamientos inapropiados de contenido sexual, o puede haber un deseo de blasfemar los valores religiosos. En pensamientos sexuales inapropiados, pueden venir a la mente pensamientos sobre sexo con personas cercanas como hermana, hermano, madre y padre. En algunas personas, los pensamientos sobre ser homosexuales ocupan sus mentes. Las personas se sienten muy culpables y avergonzadas por estos pensamientos y, por lo general, no pueden confiarlos a su entorno ni al especialista. Les hacen la vida más difícil al luchar contra los soldados de forma equivocada. A menudo vienen a la mente pensamientos con contenido agresivo inapropiado junto con pensamientos de atacar a alguien que necesita ayuda, como un niño o una persona discapacitada, y crean culpa.
En el TOC de pensamiento supersticioso, las personas pueden crear rituales uniendo significados extraordinarios a varios números o situaciones. Por ejemplo, la creencia de que levantarse a las tres antes de las nueve empeorará el día obliga a la persona a levantarse a otra hora. En algunos casos, estos pensamientos supersticiosos contienen elementos culturales. Así como un vaso que no se rompe al caer puede ser fuente de maldad, o un gato negro puede traer mala suerte.
En el TOC de acaparamiento, las personas no se molestan en tirar nada en sus casas. Por eso la casa puede convertirse en un vertedero de basura. Estas personas suelen vivir aisladas de la sociedad, se sienten más solas y suelen ser detectadas por los trabajadores sociales.
En el TOC, como en muchas enfermedades psicológicas, a veces quienes nos rodean pueden no comprender cómo la persona no puede deshacerse de los pensamientos perturbadores y cómo no puede poner fin a conductas compulsivas que se repiten con frecuencia. Porque, a diferencia de las enfermedades físicas, a menudo no existe una causa concreta y visible, como ocurre con muchas otras enfermedades psicológicas. Esta abstracción dificulta la comprensión de la enfermedad y del paciente. Esta falta de comprensión puede crear la impresión de que la persona está realizando estos comportamientos que se repiten con frecuencia a propósito. Esto puede hacer que quienes los rodean traten a la persona con más dureza.
Nuevamente, como ocurre con muchas enfermedades psicológicas, quienes padecen la enfermedad en cuestión no buscan ayuda durante mucho tiempo por temor a la estigmatización. Porque, contrariamente a la creencia popular, el estado de las personas con esta enfermedad puede no ser evidente desde el exterior. Esto facilita que las personas oculten la enfermedad. Sin embargo, a medida que las personas ocultan la enfermedad, ésta progresa, reduce la calidad de vida de la persona, la hace infeliz, hace que su entorno sea infeliz, crea nuevas enfermedades como la depresión y altera las funciones básicas de la vida de la persona y ya no puede hacerlo. estar oculto. Sin embargo, en estos casos, los pacientes buscan ayuda.
Buscar ayuda puede no siempre ser apropiado. En regiones donde prevalece una comprensión más tradicional En lugar de consultar a un especialista en salud mental, la gente puede preferir consultar a líderes religiosos como peregrinos, hodjas y jeques. La intervención de estas personas, que no tienen ninguna formación ni conocimiento sobre la enfermedad, su curso y tratamiento, muchas veces causa daños: no sólo no cura la enfermedad, sino que la falta de respuesta lleva a los pacientes y a sus familiares a la desesperación. Esta desesperanza dificulta las intervenciones médicas/profesionales posteriores.
El tratamiento conocido más eficaz del TOC es la prevención de exposición/respuesta. En este método de tratamiento, desarrollado sobre la base de la escuela cognitivo-conductual, se expone gradualmente a la persona a obsesiones y se le impide realizar compulsiones. Dado que esta aplicación se realiza de forma gradual, el paciente puede superar la ansiedad que experimenta.
No tratar el TOC afectará negativamente no sólo al paciente con TOC sino también a su entorno. Especialmente aquellos que tienen hijos durante su período de desarrollo, pueden reflejar esta situación en el niño, provocando que el niño experimente un curso de desarrollo negativo y afectando toda su vida. Por tanto, el tratamiento del TOC no sólo mejora la calidad de vida del paciente, sino que también tiene un impacto muy positivo en quienes le rodean. Por eso es importante que las personas con TOC tengan esto en cuenta al pensar en el tratamiento.
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