La alegoría de la cueva en la vida diaria (nuestro potencial para ver la verdad)

Hace 2400 años, Platón, uno de los pensadores más famosos de la historia, dijo que la vida era como estar encadenado en una cueva y obligado a contemplar las sombras reflejadas en un muro de piedra. Este es el tema del que habla Platón en la alegoría de la caverna en el libro 7 de su libro El Estado, en el que revive el sueño de una sociedad ideal examinando los conceptos de justicia, belleza y realidad.

Las personas que estaban cautivas en la cueva escucharon los sonidos afuera y vieron sus sombras y las definieron según ellos mismos.

Un día, uno de ellos fue liberado. La persona que fue liberada intentó lentamente adaptarse al mundo exterior y redefinió lo que veía como diferente a las sombras y dimensiones a las que solía darle significado. Vio el verdadero alcance de los reflejos. Y volvió a otras personas para contar esto.

Pero los demás pensaban que era estúpido y ciego.

Pensando que la verdad eran sombras y reflejos, se contentaban con lo que sólo sabía. Sintieron una gran ira y odio hacia la persona que venía de afuera y nunca aceptaron lo que decían.

A veces, experimentamos exactamente esta situación. Por eso tenemos egoísmo, celos, rencor y odio.

Siempre luchamos por permanecer en esa cueva donde sabemos.

Algunas personas, algunos libros, algunos lugares entran en nuestro vive, como la persona que regresa. Nos dicen: mira, ten cuidado con esto, ten cuidado con esta persona, o estas pueden ser importantes en tu vida.

Sin embargo, también guardamos rencor e incluso sentimos hostilidad hacia ellos. Sin embargo, quién sabe, tal vez estas personas o las que encontramos tengan más conocimientos que nosotros. Tal vez vean la verdad, pero sentimos rencor y odio por cada momento en que no podemos verla.

No importa lo difícil que sea solucionar esto y trabajar en ello, este es un tema que debe abordarse. hecho y pensado.

Quizás no tengamos el coraje de salir de la cueva. Sin embargo, debemos respetar a los que salen y en algún momento debemos escuchar lo que nos dicen.

No debemos olvidar que la ignorancia no trae felicidad, la ignorancia trae ignorancia.

Y de esta manera, nos perjudicamos a nosotros mismos, a nuestra sociedad y a nuestra familia. . Y sin siquiera darte cuenta.

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