Reflujo gastroesofágico

El reflujo gastroesofágico es el proceso de reflujo involuntario del contenido del estómago, que nos acompaña desde la primera comida hasta la última comida de la vida, se repite en cada comida, puede ser esencialmente fisiológico y en ocasiones patológico.

Es uno de los problemas comunes de la infancia. Durante la infancia, el 70% de los bebés vomitan en el primer mes, el 50% en los primeros tres meses y entre el 5 y el 10% en el duodécimo mes. Sin embargo, estos vómitos suelen permanecer a nivel fisiológico.

La relación entre el esófago y el estómago de los recién nacidos y los lactantes es diferente a la de los adultos. Aunque el esófago es más corto, la estructura muscular de su parte inferior no está completamente madura. Una vez más, la estructura de resorte curvada entre el estómago y el esófago, que está presente en los adultos, no está presente en los bebés. Por esta razón, el contenido del estómago regresa al esófago más fácilmente.

Sin embargo, si el reflujo gastroesofágico causa pérdida de peso, rechazo a la alimentación, incapacidad para ganar peso suficiente e inquietud en bebés y niños, puede causar dolor abdominal. dolor, retraso del crecimiento y eructos en niños mayores, si provoca dolor y ardor en la zona que encaja en el esófago se considera patológico. Esta condición se llama enfermedad por reflujo gastroesofágico.

Hallazgos de enfermedad por reflujo gastroesofágico fuera del sistema digestivo; Tos crónica, infecciones recurrentes de oído y pulmón, faringitis, laringitis, voz áspera y ronca al dormir, sibilancias persistentes, nódulos en las cuerdas vocales y paradas respiratorias llamadas apneas en los bebés. La enfermedad por reflujo gastroesofágico también puede provocar el síndrome de muerte súbita del lactante.

Según los últimos datos disponibles a día de hoy, no existe ningún método que pueda considerarse el criterio de oro en el diagnóstico. Tomar una buena historia del paciente, un examen físico detallado y pasar del tratamiento al diagnóstico de acuerdo con los hallazgos (ver si los hallazgos mejoran después del tratamiento para el reflujo administrado), medición del pH del esófago durante 24 horas (el método de colocar un microelectrodo que mide el pH desde la nariz del bebé o niño hasta la parte inferior del esófago), entre los métodos de diagnóstico se encuentran la endoscopia y biopsia, la radiografía con contraste de bario y la broncoscopia en la que se evalúan las cuerdas vocales y los bronquios.

El tratamiento se divide en tres: cambios de estilo de vida, tratamiento farmacológico y tratamiento quirúrgico. Los cambios en el estilo de vida son de gran importancia en el tratamiento. Especialmente con un bebé que gana más peso de lo normal. Abrir los intervalos de alimentación previene el reflujo y permite que el bebé digiera completamente la leche materna o de fórmula, facilitando la digestión. El tiempo de digestión de la leche materna es de 2 a 2,5 horas y el tiempo de digestión de la fórmula es de 2,5 a 3 horas. En menores de un año, la posición para dormir y la altura al lado de la cama (por encima del nivel de los hombros) también son importantes en el tratamiento.

En niños mayores y adolescentes, evitar alimentos que contengan cafeína como el café, el chocolate, el alcohol, los cigarrillos y las comidas picantes ayuda a reducir el reflujo. Acostarse sobre el lado izquierdo y con la cabeza por encima del nivel de los hombros puede ser beneficioso para el tratamiento.

En los casos en que su médico lo considere necesario, se inicia tratamiento farmacológico y se evalúa la respuesta al tratamiento.

El tratamiento quirúrgico se debe al escape del contenido del estómago al tracto respiratorio (aspiración), en situaciones de riesgo para la vida como paro respiratorio, cardiopatía congénita concomitante o enfermedad neurológica, o en pacientes con retraso en el desarrollo, asma que no responden al tratamiento y por lo tanto desencadena ataques de asma severos, y en aquellas personas con riesgo de desarrollar cáncer en el esófago debido a reflujo severo recurrente (esófago de Barrett).

Como resultado, se recomienda el reflujo gastroesofágico y la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Son afecciones multifacéticas que deben evaluarse según la edad, la nutrición y las condiciones de vida, las características anatómicas y necesitan un seguimiento a largo plazo. La colaboración entre el niño, la familia y el médico es fundamental en el manejo de esta enfermedad.

 

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