¿Alguna vez te has mirado al espejo y has querido tener otro cuerpo? Cintura más delgada, hombros más anchos, piernas más delgadas, brazos más gruesos, etc. Me refiero a cuerpos que vemos en los medios y admiramos con envidia, como modelos, actores, deportistas o blogueros. Desafortunadamente, la razón por la que nos vemos afectados de esta manera es la percepción del "cuerpo ideal" que nos imponen los medios de comunicación.
Dado que no tenemos los llamados cuerpos ideales (y tal cuerpo sí los tiene), no existe), nuestra imagen corporal se inclina hacia lo negativo. Como resultado, disminuyen la autoestima, la confianza en uno mismo, la sociabilidad y la asertividad. Saltarse comidas, dietas muy hipocalóricas, deportes intensos, suplementos nutricionales que no necesitamos y eventualmente trastornos de la conducta alimentaria como anorexia nerviosa, blumia nerviosa, atracones se producen con el fin de alcanzar tamaños corporales que se alejan de la realidad.
Cuando establecemos una relación, en realidad hacemos las paces con la comida. Empezamos a ver la comida no sólo como un medio para alcanzar el objetivo en la báscula, sino como una fuente de salud que hace funcionar correctamente la máquina gigante que llamamos "cuerpo". Consumiendo todos los alimentos como frutas, verduras, productos integrales, semillas oleaginosas, carne, pollo, pescado, tofu, legumbres, leche, yogur, queso, huevos, podemos cubrir la energía y los nutrientes que el cuerpo necesita.
Cuerpo Qué podemos hacer para cambiar nuestra percepción positivamente:
Pasar más tiempo con las personas que amamos en la vida real que en las redes sociales,
Obtener apoyo de expertos si hay cosas no podemos superar o aceptar sobre nuestro cuerpo (dietólogo, psicólogo, etc.),
No aceptar patrones corporales causados por la presión ambiental/sociedad,
Preocuparnos por nuestra salud, brindar diversidad en la nutrición y no consumir en la medida de lo posible productos envasados/procesados,
respetar, escuchar sus necesidades reales y dar las respuestas necesarias (como señales de hambre y saciedad),
Invertir en nuestra salud física y mental mediante el ejercicio regular.
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