'Siento que el mundo entero se está volviendo contra mí. Incluso mis padres siempre me dicen que no cuando quiero algo. Siempre están tratando de detenerme. Constantemente dan órdenes de hacer esto o aquello. Sin embargo, soy 'mío'. Tengo una mente propia. Por eso tengo que decir "No" cuando mis padres me dicen que lo haga. Si no digo que no, siento que soy solo parte de mamá o papá. Pero yo soy yo. Entonces puedo decir que no cuando quiera. Porque soy fuerte. Puedo decidir lo que quiero. Me siento donde quiero en la mesa. Sigo golpeando mi cuchara contra mi plato. La gente puede decir que estoy aquí por el sonido que hago. '
¿Su hijo dice constantemente que no, se tira al suelo en lugares inadecuados y tiene ataques de llanto cuando quiere algo hasta que lo consigue? Felicitaciones, bienvenido al período 'Dos terribles'.
Las oraciones al principio del artículo pueden resumir brevemente lo que su hijo siente y piensa durante este período. Su hijo no hace estas cosas para molestarle, quiere ganar su propia identidad y demostrar su independencia. Cuando este proceso se completa de manera saludable, su hijo estará protegido de ser influenciado fácilmente por personas en el futuro.
Los padres pueden tener dificultades en este proceso y pueden reaccionar de forma exagerada. Por ello, muchas veces es necesario recordar que este proceso es temporal y que este período es una fase necesaria para su desarrollo.
Podemos resumir algunos de los puntos que debemos considerar como padre de la siguiente manera;
Hay mucho en este proceso, no intentes poner límites a tu hijo en este ámbito. Identifica algunas áreas donde lucharás. Por ejemplo, tenga un límite claro en el uso de la fuerza física y nunca permita este comportamiento.
Apruebe las declaraciones de no de su hijo y trate de no oponerse a ellas ni cambiarlas. Por ejemplo, si te encuentras con un rotundo 'no, no' como respuesta cuando dijiste 'Vamos, guarda tus calcetines en el cajón'; Puedes responder diciendo: "Está bien, entonces no quieres hacer esto ahora".
Sea respetuoso con sus deseos con respecto a la comida. Por ejemplo, cuando no quieras comer brócoli, "decide lo que te gusta y lo que no te gusta". Ahora puedo decir que eres alguien a quien no le gusta el brócoli.” La respuesta es el sentido de sí mismo del niño. Será una respuesta que apoye a tu hijo y le haga sentir cuidado.
Guía a tu hijo cuando tenga una crisis de llanto y exprese cosas que no quiere llorando. 'Cuando hay algo que no te gusta, puedes decirme que no, que no lo quiero. '
Evite competir por el poder con su hijo durante este período. La idea de que debe aprender que no todo lo que quiere no es válido para este período. El resultado de la discusión siempre resulta en condiciones en las que el niño pierde. Si gana, su hijo perderá la capacidad de expresarse. Si su hijo gana, perderá un guía, un adulto fuerte que le dará el ejemplo correcto. Incluso cuando su hijo lo presione mucho, por ejemplo cuando esté decidido a no comer, dígale: "Está bien, no tienes que comer ahora". Pero debes saber que luego no te cocinaré.' Sería una respuesta en la que el niño consigue lo que quiere y tú tienes la última palabra y pones los límites.
Finalmente, es Es necesario observar la dimensión neurológica de la crisis del niño de dos años.
Durante este período, se desarrolla la región frontal del cerebro de su hijo. Esta región necesita tomar decisiones para su desarrollo. Si esperas que haga todo lo que le dices y obedezca todas tus órdenes, puedes provocar que esta parte del cerebro quede inactiva.
Las crisis de llanto crean un auténtico desencadenante en el cerebro del niño. Su hijo tiene derecho a llorar. Su cerebro está bajo estrés porque no es lo que realmente quiere. El llanto permite liberar esta tensión.
Algunas peticiones que para ti son muy pequeñas son muy importantes para él. Es muy difícil que su amigo quiera quitarle su juguete o que le rechacen alguna de sus peticiones. En un cerebro que es inmaduro, que no ha aprendido a establecer relaciones causa-efecto, y que no ha establecido conexiones, se secretan moléculas que darán placer cuando se empiezan a imaginar deseos. Y cuando no consigue lo que quiere, se produce una disminución repentina en la cantidad de estas moléculas. Esto puede provocar un ataque de llanto importante o una reacción agresiva.
Lo más importante que necesitas durante este período es "paciencia". Recordar que su hijo se está desarrollando y creciendo le ayudará a superar este período.
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