Las fobias son miedo y ansiedad excesivos y persistentes hacia una persona, como un objeto, situación, actividad o animal en particular. Este miedo y ansiedad pueden afectar significativamente la vida diaria de una persona. En tales casos, puede afectar negativamente a la vida empresarial, las relaciones interpersonales y la funcionalidad. Las personas con fobia pueden sentir ansiedad intensa o pánico cuando se enfrentan a cualquier situación u objeto relacionado con la fobia. Por este motivo, las personas con fobias muestran en ocasiones conductas de evitación hacia el objeto que temen. Por ejemplo, alguien con fobia a las alturas puede preferir caminar en lugar de utilizar escaleras o ascensores para evitar las alturas.
Existen muchos factores en la formación y desarrollo de estas fobias, pero principalmente; Se puede decir que factores como factores genéticos, antecedentes familiares, experiencias traumáticas o condiciones de vida difíciles son eficaces.
¿Cómo podemos afrontar nuestras fobias? Normalmente exhibimos una conducta de evitación o evitación hacia el objeto al que principalmente tenemos miedo o ansiedad. Estas conductas de evitación y evitación nos alivian a corto plazo ya que nos impiden enfrentarnos al objeto al que tenemos miedo o ansiedad. Pero a la larga, nos permite mantener esta situación, es decir, escapar y evitar constantemente el objeto que nos asusta y nos inquieta. Así que no huir del objeto que tememos primero sería el primer paso. Si no huimos del objeto que tememos, lo enfrentaremos indirectamente. Sentimos ansiedad cuando no huimos, la evitamos o la afrontamos, es normal. Posteriormente, nuestra tolerancia a esa ansiedad y miedo aumenta, es decir, aumenta nuestra capacidad de cargar con estas emociones negativas. En resumen, no debemos evitar ni evitar el objeto que calificamos como fobia, y enfrentarse a este objeto o dicho de otro modo exponerse a él será la primera actitud que debemos tomar.
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