Se estima que hay 71 millones de personas infectadas con el virus de la hepatitis C en todo el mundo. Muchos de estos pacientes desconocen su enfermedad.
Con estudios recientes, se han logrado avances y éxitos significativos en los enfoques de tratamiento de la enfermedad de hepatitis C. Con las opciones de tratamiento actuales, se puede lograr una tasa de éxito del tratamiento del 99 % en la enfermedad de hepatitis C dentro de 8 o 12 semanas de tratamiento.
La hepatitis C es una de las principales causas de enfermedad hepática crónica. Puede causar daño al hígado que progresa a cirrosis (es decir, insuficiencia hepática) y cáncer de hígado.
Nuestro objetivo actual en la enfermedad de hepatitis C es curar la enfermedad, es decir, deshacernos de la hepatitis C. virus por completo. Si se ha producido daño hepático, es posible revertirlo tratando la infección por hepatitis C. Con tratamiento se puede prevenir el desarrollo de cirrosis en los pacientes. Una vez más, con los tratamientos actuales, se reduce el riesgo de insuficiencia hepática y de desarrollo de cáncer de hígado. Aunque tenemos éxito en el tratamiento de la enfermedad de la hepatitis C, se requiere un seguimiento regular del cáncer de hígado en personas con daño hepático avanzado.
Aunque la enfermedad de la hepatitis C causa principalmente daño hepático, no debe ser olvidado que también puede causar enfermedades en otros órganos. El daño causado por el virus de la hepatitis C en órganos distintos del hígado se puede revertir con el tratamiento de la hepatitis C.
El diagnóstico de la infección por hepatitis C se basa básicamente en pruebas llamadas anti-VHC y ARN-VHC. En sociedades con moderada frecuencia de la enfermedad, como es nuestro país, se recomienda el cribado comunitario para detectar el virus de la hepatitis C. Es apropiado realizar pruebas de hepatitis C en las instituciones de salud y planificar el tratamiento de la infección por Hepatitis C, si la hubiera. En personas con enfermedad de hepatitis C, también se deben investigar otros factores de la hepatitis y, si existen otras causas de enfermedad hepática, se debe planificar su tratamiento.
Todo paciente con infección por hepatitis C que desee recibir tratamiento, hayan recibido o no tratamiento anteriormente, deben ser tratados. El tratamiento debe administrarse sin demora en personas con daño hepático avanzado debido a una infección por hepatitis C. Los fármacos de nueva generación utilizados en el tratamiento son similares a los que utiliza el paciente para otras enfermedades. Dado que puede interactuar con medicamentos, se debe realizar cuidadosamente la selección de medicamentos específicos para cada paciente. Es importante evaluar las funciones renales del paciente antes de iniciar el tratamiento contra la hepatitis C.
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