Los trastornos del comportamiento se pueden definir como el resultado de que los conflictos internos del niño derivados de razones psicológicas o físicas se reflejan en el comportamiento. Es el resultado de que los conflictos internos de los niños se reflejan en su comportamiento. Se espera que los niños adquieran muchas habilidades durante su proceso de desarrollo, pero en algunos casos pueden surgir problemas en este proceso. Comportamientos como irritabilidad, irritabilidad, agresión, terquedad, mentir, robar, decir malas palabras, chuparse el dedo y morderse las uñas se consideran trastornos del comportamiento. Cuando analizamos la base de estos trastornos de conducta, que se observan frecuentemente en niños y adolescentes, se ve que se repiten el rechazo a cumplir las reglas sociales y patrones de conducta agresivos y hostiles. Su incidencia es mayor en niños que en niñas.
Existen algunos criterios para definir un comportamiento en la categoría de "trastorno de conducta". En primer lugar, es necesario observar las características del período de desarrollo del niño. Cada período de desarrollo tiene ciertas características. Por ejemplo, si bien se considera normal que un niño se orine por las noches hasta cierta edad, si un niño de 6 años todavía lo hace constantemente, se trata de un trastorno de conducta. El segundo criterio es la intensidad y severidad del comportamiento. . Por ejemplo, un niño de 4 a 5 años puede estar de mal humor y ocasionalmente actuar enojado. Sin embargo, el punto crítico es la violencia con la que muestra su enfado y la frecuencia con la que actúa así. El tercer criterio son las expectativas del rol sexual. Se espera que los niños sean más agresivos que las niñas. Sin embargo, es posible que los niños no siempre se comporten según los roles de género. El comportamiento agresivo en las niñas puede describirse como un comportamiento que se desvía de lo normal.
Puede haber muchas razones diferentes para los trastornos de conducta. La atención y el control de los padres insuficientes es la primera de estas razones. Un niño que recibe atención insuficiente de sus padres puede recurrir a trastornos de conducta para llamar la atención. Las actitudes negativas de los padres también pueden provocar trastornos de conducta. Un niño que es objeto de violencia por parte de sus padres o que es criado sin amor puede reforzar sus sentimientos de ira y odio y comenzar a exhibir un comportamiento agresivo. Transferencia genética Es otro factor importante en términos de susceptibilidad a la psicopatología. Aparte de estos, los antecedentes de abuso en la familia, el diagnóstico de depresión de la madre y el bajo nivel socioeconómico de la familia son otros factores que pueden provocar trastornos de conducta en los niños, especialmente en el período de 0 a 6 años. /p>
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