Según una aceptación general reciente, la vitamina D, que se considera una hormona multifuncional o un precursor hormonal, también participa en muchos procesos metabólicos de nuestro cuerpo. Se sabe que juega un papel clave, especialmente en el sistema esquelético. Además de desempeñar un papel activo en la salud ósea, ya que también determina la calidad del hueso, puede provocar cáncer, fibromigia y dolores crónicos en el sistema musculoesquelético. También afecta a los sistemas autoinmune, cardiovascular y neurológico.
Se sabe que la vitamina D juega un papel activo en las infecciones del tracto respiratorio superior e inferior. En un estudio de metaanálisis que examinó 27 estudios realizados durante el período pandémico, se observó que el período de hospitalización de quienes tenían deficiencia de vitamina D era prolongado.
Enfermedades como el raquitismo, la osteomalasia, la hipofosfatemia (enfermedad familiar o secundaria), la osteodistrofia renal y la osteoporosis inducida por corticosteroides se asocian con la vitamina D.
Según la investigación realizada en febrero de 2021, los niveles bajos de vitamina D aumentan el riesgo de diabetes tipo 2 y resistencia a la insulina. Se observó que la circunferencia de la cintura y las mediciones del IMC eran mayores en aquellos con niveles bajos de vitamina D. Para prevenir la resistencia a la insulina, el nivel promedio de vitamina D debe ser 25 nmol/L.
Dado que es eficaz en la diferenciación y proliferación celular, previene el riesgo de desarrollo de cáncer estimulando la apoptosis (muerte celular) de las células cancerosas. También es eficaz en el tratamiento de la psoriasis.
Aunque la vitamina D tiene muchos beneficios, su deficiencia es muy común en todo el mundo. Un nivel sérico de 25-dihidroxivitamina D inferior a 12 ng/ml se define como "deficiencia de vitamina D".
La fuente principal es la luz solar. Sería beneficioso recibir al menos entre 15 y 30 minutos de luz solar al día. La luz del sol debe recibirse desde los antebrazos con las palmas hacia arriba. Cabe señalar que debido a las condiciones climáticas cambiantes, estamos expuestos no sólo a los rayos beneficiosos del sol sino también a sus rayos dañinos. Permanecer mucho tiempo bajo el sol sin aplicar protección durante los meses de verano puede tener consecuencias negativas, llegando a provocar cáncer de piel. Utilice ropa protectora en los días soleados, incluso en invierno. Se recomienda su uso. Todo está bien como está, bastará con tomar precauciones y beneficiarnos tanto como sea necesario.
Las fuentes nutricionales son huevos, lácteos, pescados como sardinas, salmón, caballa y atún, hígado de pescado, aceite de pescado, queso, mantequilla, hígado, lentejas verdes, garbanzos, avena y champiñones. Sin embargo, estas fuentes nutricionales no pueden satisfacer plenamente la necesidad y la posibilidad de beneficiarse del sol es muy baja, especialmente en los meses de invierno. En algunos países, la leche, el queso, los zumos de frutas, los cereales para el desayuno y los aceites están enriquecidos con vitamina D.
Se deben realizar controles periódicos de sangre y en los casos en los que se observen demasiadas deficiencias, no se debe descuidar la toma de suplementos con el consejo de un médico.
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