Abuso doméstico

Según la Organización Mundial de la Salud, la palabra abuso es cualquier conducta o actitud cometida por un adulto, consciente o inconscientemente, que afecta negativamente el desarrollo físico, psicológico y social del niño. Es posible encontrar casos de abuso en muchos lugares. Ejemplos de estos lugares son la familia, la escuela, los espacios sociales y los lugares de trabajo. Por supuesto, cada abuso experimentado en estas áreas causa heridas profundas en el alma de la víctima, pero los efectos del abuso doméstico pueden ser más severos que otros. Ser testigo o estar expuesto a esta situación en el entorno familiar, donde se satisfacen las necesidades emocionales y de confianza básicas del individuo, puede causar heridas irreversibles en el alma del individuo.

El abuso se divide en 3 grupos: físico, sexual y emocional. Independientemente de cuál de los grupos de abuso que hayamos mencionado, tiene graves efectos negativos en la víctima y aumenta la probabilidad de experimentar algunos eventos negativos en el futuro o crea una base para eventos negativos. La situación que viven los niños expuestos al abuso doméstico es bastante grave. Los niños expuestos a esta situación pueden experimentar trastornos de conducta o retrasos en el desarrollo.

Un ejemplo de abuso físico son los golpes. Especialmente los niños pueden estar muy expuestos a esto. Esto puede hacer que los niños se vuelvan retraídos, permanezcan en silencio, tengan miedo, se sientan inseguros y repriman sus emociones. Un niño que esté expuesto o sea testigo de esta situación debe ser puesto bajo protección inmediata. Además, se debe dar espacio al niño para que se exprese y se le debe inculcar confianza para que se sienta seguro.

Los niños no han desarrollado tantas habilidades de razonamiento como un adulto. Por esta razón, al evaluar un evento, éste puede distorsionarse y sacar conclusiones poco realistas. Por ejemplo, cuando algún miembro de la familia está expuesto a abusos, puede responsabilizarse y culparse por esta situación. Por esta razón, es necesario hablarle claramente al niño y enfatizar que la situación no tiene conexión con el niño. Así, el niño tendrá la oportunidad de comprender mejor la situación y no se culpará sin motivo alguno. Es normal enfadarse y enfadarse al expresarse. Es muy importante escuchar con calma sin intervenir.

  Esto Además, no se debe cargar al niño con cargas y responsabilidades más pesadas de las que puede soportar. Por ejemplo, no se debe exponer al niño a situaciones como que una madre expuesta a la violencia en la familia pida ayuda a su hijo, interviniéndolo y dándole el papel de mediador, comunicándose con el padre a través del niño, o pidiéndole al padre niño a tomar partido. Porque el niño puede carecer del talento y las habilidades para lograrlo. Esta situación puede hacer que el niño se sienta abrumado por estas responsabilidades y experimente intensos sentimientos de culpa.

   Aparte de esto, también pueden darse situaciones de abuso sexual en el seno de la familia. Hay que tener mucho cuidado con esta situación. Porque es posible que los niños no comprendan o no expliquen esta situación. Es posible que lo hayan amenazado con que no le contara a nadie sobre esta situación. Es posible que se haya asustado ante esta amenaza y haya pensado que tenía que ocultar lo que estaba experimentando. Además, el niño puede tener que ocultar esta situación porque piensa que será castigado por sus padres o que nadie le creerá. Los niños que no pueden evaluar la situación lo suficientemente bien pueden culparse a sí mismos por este abuso. Es necesario prestar mucha atención a esta situación. Es muy importante tranquilizar al niño, escucharlo, enseñarle a proteger su cuerpo, enseñarle sus límites y enseñarle a pedir ayuda.

  Entonces, ¿cómo se puede entender que el niño está siendo abusado?

 

  • Si hay picazón, dolor y enrojecimiento en las zonas genitales

  • Si reacciona excesivamente al contacto físico

  • Si tiene problemas abdominales inexplicables dolor a pesar de los exámenes,

  • Si está inquieto,

  • Si tiene problemas para dormir,

  • Si ha comenzado a mojar la cama,

  • Si exhibe palabras y comportamientos sexuales que no son apropiados para su edad,

  • Si se masturba con frecuencia en áreas abiertas,

  • Parece más lento o enojado

  • Habla sobre pensamientos suicidas

  • Se producen problemas de apetito

  • Si hay un problema con los hábitos alimentarios,

  • Si hay una disminución en el éxito escolar

  •  

    Si muchas de estas situaciones se observan en el niño, tener cuidado y beneficiarse de servicios de consultoría sobre este tema puede ayudar a aclarar la situación y qué hacer a continuación.




     

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