El mecanismo de "lucha o huida" de la psicología humana

Imagina apagar tus emociones. Que no tienes una palabra bonita que decir en una cita romántica. En una situación en la que estás enojado, simplemente te arrepientes sin decir nada. Que no se puede hacer lo mejor que se puede sin ansiedad.

Durante más de 200 años, muchos pensadores han argumentado que nuestras emociones se basan en sujetos y en realidad tienen un efecto destructivo. También afirmaron que los humanos podemos controlar sus emociones debido a su naturaleza porque aprendemos a controlarlas debido a la naturaleza destructiva de nuestras emociones.

Las emociones tienen funciones muy importantes, especialmente en nuestra vida social. Destacan que el punto de partida de nuestras emociones está orientado a la mente y al cerebro y que están moldeados por las expresiones faciales, las respuestas fisiológicas y las experiencias de las personas.

 

Darwin interpretó las emociones desde una perspectiva evolutiva como respuestas a eventos y argumentó que la humanidad encontró qué emociones revelar en qué situación mediante prueba y error.

James definió las emociones desde una perspectiva fisiológica como los puntos de apoyo del cuerpo para sostener la vida en momentos de miedo o ansiedad, y como elementos que preparan a las personas para la simple necesidad fisiológica de la táctica de "luchar o huir". Por ejemplo, enfatizó que emociones como el miedo, la excitación y la ansiedad aumentan el ritmo cardíaco en el cuerpo, aumentan la tensión muscular y, por lo tanto, activan el sistema nervioso, lo que hace que los músculos de la mandíbula y la frente se contraigan, los dientes se aprieten y que la temperatura corporal aumente para preparar el cuerpo para la lucha o la huida.

Freud, por otro lado, evalúa las emociones desde una perspectiva psicoterapéutica como la manifestación de eventos traumáticos y dolores asentados en el subconsciente como "sentimientos" a través de la evaluación.

Desde una perspectiva cultural, se sabe que las emociones son universales pero sus significados no lo son. Es decir, en las culturas occidentales, la "vergüenza" se considera una emoción que evita o daña a la persona; En las culturas orientales, la "vergüenza" se trata como una emoción más valiosa y positiva y puede apreciarse. Otro ejemplo es que la “ira” es una forma que tienen las personas de expresarse en sociedades individuales. Mientras que la "ira" se considera una emoción que no debe manifestarse en las sociedades colectivistas, debe ser reprimida y no debe reflejarse en la sociedad.

Otro de los beneficios de las emociones es que nos apoyan en la comunicación no verbal, pero no hay que pasar por alto que una sola acción no siempre tiene el mismo significado. Por ejemplo, "reír" puede percibirse como positivo a primera vista, pero a veces "reír" también puede significar que nos estamos burlando de la otra persona o la humillamos.

Entonces, ¿qué cambios provocan nuestras emociones en nuestro cuerpo? Por ejemplo, ante un evento estresante, nuestra Amígdala recibe la señal y la envía al Hipotálamo, donde los mensajes químicos liberados activan las glándulas suprarrenales y comienza a secretarse cortisol. En otras palabras, el cuerpo se enfrenta a una amenaza y se está preparando para afrontarla. Ante el "nervio" y la "vergüenza", aumenta la actividad del sistema de citocinas, que forma parte de nuestro sistema inmunológico. Este sistema trata estas emociones dominantes como un “patógeno de enfermedad” e intenta aumentar la somnolencia, es decir, minimizar la actividad corporal para curarlo.

Con información resumida, vemos qué cambios provocan nuestras emociones en nuestra vida social, en las relaciones bilaterales e incluso en nuestro cuerpo. Vemos que las emociones negativas son tan necesarias como las positivas, pero qué daño pueden causar si se mantienen. Los puntos clave aquí son "la conciencia y el conocimiento de nosotros mismos". Si podemos darnos cuenta de qué emociones tienen un efecto positivo o negativo en nosotros y durante qué período de tiempo, nos resultará mucho más fácil controlarlas. Terminemos con una cita de Antonio Damasio: “El principio de todo fue la emoción. Entonces, sentir no es un proceso pasivo”.

 

Con amor,

 

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