¡Diez formas de reducir la ansiedad y el estrés! ¿Cómo deshacerse de la ansiedad y los ataques de pánico? ¡Técnicas efectivas para lidiar con el estrés! Ansiedad, estrés, ansiedad, preocupación, miedo… Estas palabras utilizamos amplia e indistintamente en la vida diaria. Las primeras oraciones que escribí fueron los temas que intenté encontrar con una pregunta simple como “¿Qué es la ansiedad?” “¿Qué es el estrés?” que escribí en la sección de búsqueda de Google y Youtube, pero encontré. Cuando pasamos sin comprender los puntos básicos, los significados que le damos a lo que experimentamos en la vida diaria pueden cambiar en diferentes direcciones. Al experimentar un simple estrés, a veces podemos convertirlo en catastrófico, o por el contrario, podemos seguir soportándolo o evitándolo aunque experimentemos sensaciones corporales intensas. Intentar intervenir sin saber cuál es su verdadero significado hace posible acabar con una decepción inevitable.
¿Qué son realmente el estrés, la ansiedad, la preocupación y cuáles son las diferencias entre ellos?
La palabra acento se deriva de la palabra latina "estrica" en el siglo XVII, y de la palabra "estrece" en francés antiguo. Se utiliza con significados como "desastre, desgracia, problema, aflicción, pena, tristeza". En los siglos XVIII y XIX, el significado atribuido al concepto ha cambiado y se ha utilizado para objetos y personas en significados como 'poder, presión, difícil'. El equivalente al estrés en nuestra vida diaria es el esfuerzo por adaptarse a situaciones nuevas y reales que se encuentran en la vida social. En otras palabras, se le puede llamar la respuesta del organismo (individuo) a estímulos externos. Los factores que provocan estrés en la persona se definen como 'estresores'. Empezar un nuevo trabajo, no hacer las cosas que quieres hacer, problemas de salud de familiares, exámenes escolares, relaciones con compañeros, etc. Es uno de los factores estresantes más comunes que encontramos en nuestra vida diaria. Aceleración en los latidos del corazón, sequedad de boca, temblores, sudoración excesiva, pérdida de apetito, dolores diversos, inquietud, angustia, ansiedad, fatiga y depresión son algunas de las reacciones que damos ante los factores estresantes y mostramos para sobrellevar la situación. Aunque comúnmente se utiliza el estrés en un sentido negativo, también tiene aspectos positivos. Nuestro cuerpo tiene una respuesta natural al estrés, una pequeña cantidad de estrés es saludable e incluso motivador. Ser necesario para estrés útil, superar obstáculos, resolver problemas.
La ansiedad (ansiedad) es un sentimiento desarrollado ante un peligro futuro, que generalmente se siente que se acerca, pero que se desconoce y no se comprende. Domina el estado de alerta, inquietud y tensión que surge de la espera del peligro. Es una reacción continua y, a menudo, perjudica la funcionalidad de la persona. Puede variar de persona a persona en diferentes intensidades, desde tensión e inquietud muy leves hasta pánico. Las sensaciones corporales que experimentamos durante el estrés son similares al sentimiento de ansiedad. Pero el punto a considerar aquí es conocer la diferencia entre estrés y ansiedad. Las definiciones clínicas de ansiedad se centran en la angustia emocional ante un posible estímulo negativo, más que en una reacción inmediata o necesaria al estímulo en sí. El estrés es más factual y se relaciona con demandas reales y momentáneas. El miedo y la ansiedad suelen acompañar al estrés y la ansiedad. Estas situaciones son muy similares entre sí al principio. Provoca palpitaciones del corazón y aumento de la frecuencia respiratoria. Los músculos se tensan e inmediatamente comienzan a aparecer gotas de sudor. Lo que estos sentimientos tienen en común son respuestas emocionales ante un peligro inminente. El miedo se experimenta ante una situación que todos consideran peligrosa. La preocupación es un proceso cognitivo que implica pensar en cosas malas que pueden suceder como resultado de una situación. La causa del estrés varía de persona a persona y de evento a evento. Cada uno de nosotros responde de manera diferente al estrés y la ansiedad. Algunos de nosotros podemos afrontar situaciones estresantes, mantener una actitud saludable y así adaptarnos a la situación. Algunos de nosotros podemos sentirnos muy abrumados cuando nos enfrentamos incluso a una pequeña cantidad de estrés. Si el estrés, la ansiedad y el miedo de la persona aumentan a pesar de que los factores estresantes han desaparecido y se producen reacciones ante una amenaza desconocida, sincera, incierta o basada en un conflicto interno, esto indica ansiedad. Por lo general, la ansiedad no supone ningún peligro real. La preocupación de que pueda pasar algo malo provoca ansiedad.
El primer paso para reducir y gestionar nuestra ansiedad y estrés será notar las reacciones de nuestro cuerpo y mente. ser consciente y Aceptar todo lo que sientes abrirá una puerta para reducir tu ansiedad y preocupación.
Leer: 0