¿Las preguntas existenciales nos empujan a un estado de ánimo desesperado, o recurrimos a estas preguntas porque tenemos dificultades para mantener nuestro buen humor?
Las crisis existenciales ocurren cuando el individuo se pregunta "¿Quién soy yo?" Son momentos que crean una intensa confusión en la mente al intentar encontrar y resolver la respuesta a la pregunta, y también llevan a la persona a una intensa ansiedad. Experimentar una crisis existencial es parte de estar vivo cuando se considera desde el punto de vista del desarrollo; Ya sea que estemos en la adolescencia, la edad adulta o la edad adulta media, nos encontramos buscando respuestas a diferentes preguntas en diferentes períodos de nuestras vidas y, a veces, nos encontramos comenzando a trabajar en una tarea importante de la vida para evitar respuestas o consecuencias negativas a estas preguntas; "quién soy"?.
Podemos dividir este doloroso proceso de desarrollo en tres períodos: crisis del segundo año, crisis existencial del adulto y crisis existencial posterior. La crisis del segundo grado cubre el período que va desde el final de la adolescencia hasta los primeros 20 años y se refiere a las cuestiones con las que más luchan los individuos: cuestiones de identidad, elección de una carrera, establecimiento de relaciones exitosas y la vida en general. La crisis existencial del adulto es el período entre mediados y finales de los años 20 cuando las personas consideran preguntas como: ¿Soy religioso o no, además de las cuestiones involucradas en la crisis del segundo año? ¿Cómo afronto mi identidad sexual? ¿Soy independiente? ¿Soy adicto? ¿O soy interdependiente? La crisis existencial posterior ocurre al final de la edad adulta y las personas pueden estar luchando con problemas como enfermedades, dolor físico y miedo a una muerte inminente, pero la crisis existencial posterior no se trata específicamente de resolver estos problemas sino más bien de querer mejorar la propia vida. Específicamente, implica pensamientos de crisis, moralidad, legado y éxito.
Cuando una persona está atravesando una crisis existencial, son importantes diferentes componentes emocionales, cognitivos y conductuales. La persona experimenta emocionalmente emociones intensas como: dolor emocional, ansiedad y soledad, deterioro del sentido de integridad, desesperanza, impotencia, vulnerabilidad emocional, culpa, miedo. puede sobrevivir de alguna manera. En el contexto cognitivo: se puede experimentar pérdida de significado, pérdida de propósito, pérdida de valores personales, dificultad en la toma de decisiones. En el contexto conductual se pueden observar síntomas conductuales como rituales, pérdida de relaciones, problemas de salud, acciones restrictivas, adicciones, conductas antisociales y la necesidad de terapia.
Aunque las crisis existenciales son una realidad de la vida, pueden ocurrir por diferentes motivos, por ejemplo, la pérdida de un ser querido, la pérdida de una persona, el fin de una relación, el nacimiento o muerte de un familiar, cambios repentinos en nuestra vida, como el trabajo o un traslado a otro lugar. Es importante resolver estas crisis porque, lamentablemente, la ansiedad no desaparecerá por completo hasta que se reconozca y aborde o resuelva la crisis. Si ahora te preguntas "¿Quién soy yo?" Si te haces preguntas como “¿Por qué estoy aquí?”, “¿Por qué estoy haciendo este trabajo?”, “¿Qué pasará después?”, tengo una pregunta para ti: “¿Por qué ahora?”.
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