A medida que se acercan los meses de verano, la mayoría de nosotros no podemos esperar a que el clima se vuelva más cálido. Sin embargo, la sudoración excesiva y los problemas de salud que trae consigo, como eccemas y hongos, también son más habituales en estos meses. De hecho, nuestro cuerpo pretende ajustar su temperatura según el entorno externo mediante la sudoración. Cuando la temperatura del aire aumenta o la temperatura corporal aumenta por motivos como enfermedades o actividad física, perdemos calor mediante la sudoración. En tales casos, la sudoración se produce en toda la superficie del cuerpo, pero principalmente en grandes superficies como la espalda y el pecho. Con la pubertad, se activa un tipo diferente de glándula sudorípara en la ingle y especialmente en las axilas. En estas zonas se produce un olor más fuerte y sudoración intensa. El propósito de sudar en estas áreas es la propagación de moléculas aromáticas llamadas feromonas, en lugar de regular la temperatura. Las feromonas secretadas intensamente en los animales, especialmente durante los períodos de apareamiento, atraen al sexo opuesto. Sin embargo, en las relaciones entre personas, estos olores no tienen un efecto positivo, sino, por el contrario, repulsivo. Es necesario lavarse frecuentemente y utilizar desodorante y perfume para eliminar la sudoración, que aumenta especialmente con el estrés y la actividad física, y los olores que provoca.
La hiperhidrosis, o sudoración excesiva, es cuando una persona suda en cantidades que excedan el propósito de regulación de temperatura. Aunque puede ocurrir en todo el cuerpo, ocurre con mayor frecuencia en las axilas, las palmas y las plantas de los pies. La sudoración aumenta cuando una persona está excitada y estresada. La hiperhidrosis es extremadamente incómoda para la persona. Cuando está en las axilas provoca mal olor además de mojar y manchar la ropa. Dar la mano es un gran problema para las personas cuyas manos sudan. Los pies sudorosos causan problemas de salud y mal olor. La hiperhidrosis afecta negativamente a la persona a nivel psicológico, social y profesional, dificultando la vida diaria.
La sudoración excesiva se observa en 4 de cada 100 personas. La sudoración de manos y pies puede ser hereditaria. En caso de sudoración excesiva se piensa que hay un problema tanto con las glándulas sudoríparas como con los nervios que las estimulan, en el tratamiento de la hiperhidrosis se debe investigar primero si existe una enfermedad sistémica que cause la afección. Diversos trastornos hormonales, especialmente las enfermedades de la tiroides, pueden aumentar la sudoración.
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