Echo, una niña hada muy hermosa, nunca estuvo interesada en aquellos que se enamoraban de ella y nunca se rendiría ante nadie. Un día se encontró con Narciso. Narciso era un cazador muy guapo. Ekho, a quien nunca le había gustado nadie hasta ese día, se enamoró de este joven cazador a primera vista. Sin embargo, Narciso no correspondió a este amor y se alejó de la hada. Echo estaba enamorado. Se derritió día tras día y murió.
Los dioses sentados en el Monte Olimpo estaban muy enojados con esta situación y decidieron castigar a Narciso. Un día, Narciso, en el camino de caza, tuvo sed y se agotó y se fue a la orilla de un río. Cuando se inclinó para beber agua, vio la belleza de su rostro y su cuerpo reflejados en el agua. Quedó fascinado por esta belleza que no había notado antes. No podía levantarse, estaba enamorado de sí mismo. Amaba su propia apariencia como nunca antes había amado a nadie más. De esa manera, no podía beber agua ni comer. Al igual que Eco, Narciso comenzó a derretirse día a día y pasó su vida allí simplemente observándose a sí mismo.
Esta historia nos describe el trastorno narcisista de la personalidad. Las personas con trastorno narcisista de la personalidad piensan que son especiales y que, por tanto, tienen muchos privilegios. Quieren que todos los que los rodean los traten de manera especial. Arden con el deseo de ser famosos, de agradar, de ser reconocidos. Carecen de capacidad de empatizar, no piensan en nadie, pero quieren que todos piensen en ellos y obedezcan sus deseos. Ser criticado es una de tus mayores pesadillas. Responden a las críticas con una rabieta violenta o con indiferencia, menospreciando a la otra parte.
Alardes dramáticos, arrebatos emocionales y actitudes tremendamente variables son rasgos característicos de los narcisistas. Todo lo que hace está bien. Según él, él es el único que es envidiado y mirado con envidia en todos los ambientes. Su objetivo es lograr sus objetivos aprovechándose de las debilidades de los demás. Esperar su turno, pedir, ceder o ayudar nunca es propio de un narcisista.
Las amistades o relaciones especiales existen sólo porque las nutren, protegen sus intereses y les ayudan a alcanzar sus objetivos. Los amigos o amantes de los narcisistas suelen ser personas que anteriormente tuvieron una madre o un padre narcisistas. Porque la indiferencia y el egoísmo, que vieron en su infancia y confundieron con amor, no les son ajenos. Su comprensión del amor se moldea según la de una persona narcisista. Por eso, cuando están con una pareja narcisista, no piensan en exigir sus propios derechos, continúan su relación y permiten que sus cónyuges los utilicen sin dar nada a cambio.
Miente es una característica indispensable de la actitud narcisista. Toda la información que da sobre sí mismo puede ser un engaño.
Existen muchas teorías sobre las causas del narcisismo. Según una teoría, el niño, que comienza a independizarse de la madre a partir del mes 18, desarrollará un trastorno narcisista de la personalidad cuando no pueda recibir respuestas a sus necesidades con la misma rapidez y sensibilidad que antes. Según otra teoría, los procesos de abuso y trauma experimentados en la primera infancia, es decir, las fracturas narcisistas de la primera infancia, allanan el camino para la personalidad narcisista en la edad adulta.
El porcentaje de trastorno de personalidad narcisista, que generalmente comienza a surgir al inicio de la adolescencia, es menos del 1% en la sociedad. Más de la mitad de los casos de trastorno narcisista de la personalidad son hombres.
Una persona narcisista acude a un psicólogo o psiquiatra no por sus rasgos de personalidad, sino para resolver otros problemas. La autoestima es extremadamente frágil. Presentan una autoestima muy sólida al mundo y tratan de vivir de acuerdo con ella. Generalmente, se deprimen como resultado del conflicto entre sus valores propios y comienzan la terapia.
Para estas personas, la idea de comenzar la terapia es difícil de aceptar. Porque tienen cualidades tan especiales y superiores que no necesitan de nadie más. En este punto se puede observar un intento de poner fin a la terapia rechazando todas las interpretaciones fácticas. Cuando el proceso de tratamiento se completa con éxito, la persona se deshace de sus propias expectativas exageradas y vive una vida realista y libre de mentiras en sus relaciones.
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