Si los adultos tienen palabras, los niños tienen juguetes y juegos. Los niños no tienen tanto éxito como los adultos a la hora de comprender y expresar sus emociones, y es posible que sus capacidades cognitivas no siempre sean suficientes para ello. Por eso los niños se expresan mejor en los juegos. Nos dicen a través de metáforas que estoy experimentando esto, lo siento.
Debido a que los niños tienen dificultades para dar sentido a sus propias emociones, el método de terapia aplicado a adultos no es adecuado para niños por debajo de cierto nivel de desarrollo. En la terapia de juego, los niños expresan sus necesidades mediante juegos y juguetes. Podemos decir que la terapia de juego para niños tiene el mismo significado que el asesoramiento psicológico para adultos. Como herramienta, el terapeuta utiliza el juego, que es la forma más natural de expresión del niño. El terapeuta de juego anima al niño a jugar como quiera creando un entorno seguro y estableciendo vínculos con él, y anima al niño a abrirse y expresarse. En definitiva, el juego en sí es una intervención en la terapia de juego. Los niños repiten y reestructuran sus emociones, concretamente ira, miedo, tristeza, decepción, que inciden en su comportamiento como parte de sus experiencias durante el juego. La relación terapéutica entre el terapeuta y el niño es el factor más importante que hace que los niños se sientan seguros cuando crean un juego que refleja su experiencia emocional intensa y estresante.
Con el apoyo de la terapia de juego, los niños pueden crear juegos que reúnan los eventos emocionales con los que luchan en su propio mundo. Por lo general, el niño no puede expresar estas experiencias verbalmente. En la sala de terapia hay juguetes especialmente seleccionados y adecuados para el niño que pueden reflejar cada estado emocional. El niño elige juguetes que reflejan los problemas emocionales apropiados para el juego que va a crear y crea su juego. Con las sesiones, el juego se desarrolla y continúa hasta proporcionar comprensión y comodidad sobre el problema. En el proceso de terapia de juego, el niño puede cambiar sus perspectivas y comportamientos sobre los acontecimientos y disfrutar de sus relaciones y comunicación con los demás. El niño tiene la oportunidad de cambiar estas experiencias durante el juego recreando las decepciones durante el juego. reestructura sus experiencias para que puedan disfrutar tanto de las experiencias de juego como de los intercambios de relaciones en la vida.
El proceso terapéutico depende de una amplia variedad de factores relacionados con los acontecimientos pasados y presentes del niño. Dos factores importantes son la edad de desarrollo del niño y la edad del trauma, si ha ocurrido alguno. Dado que el niño pasará por el período de trauma, cuanto antes se inicie la terapia después del evento, más corto será el período de terapia.
Uno de los factores más importantes en la terapia de juego es la aportación de la familia. La conversación entre los padres o cuidadores y el terapeuta continúa de forma regular. Es importante que los padres cooperen con el terapeuta. En ocasiones, el terapeuta invita a la familia a jugar si lo cree conveniente. Además, la terapeuta brinda a las familias consejos que ayudarán en el proceso de recuperación de sus hijos durante la terapia y que pueden aplicar fuera de la sala de terapia. De este modo, no sólo el niño, sino también los padres reciben apoyo de un experto externo en cuestiones de crianza.
Leer: 0