Las familias que sufren estos comportamientos en sus hijos a menudo se sienten agotadas, enojadas, impotentes y acorraladas. De hecho, algunas familias, especialmente aquellas con niños expresivos, prefieren permanecer en silencio para no enojar a sus hijos porque les tienen miedo. En ocasiones, bajo la influencia de la frustración, no soportan a sus hijos y adoptan una actitud de golpearlos, enojarse constantemente, gritarles o castigarlos.
Queridos padres, en primer lugar, es útil darse cuenta de esto. Las conductas problemáticas no son producidas por el niño para perturbar, desgastar o molestar a quienes lo rodean. Un sentimiento de culpabilidad para un niño es especialmente molesto para los padres. Las conductas desadaptativas tienen una sola función. Es decir, la persona afronta el estrés en el que se encuentra. También podemos llamarlo un mecanismo de defensa del cerebro. Podemos comparar esto con el mecanismo de defensa de su cuerpo que intenta matar los gérmenes aumentando la fiebre cuando está enfermo. La fiebre es una situación preocupante, pero también interrumpe la actividad de los microbios en el cuerpo. Lo mismo se aplica a los adultos. Los adultos también producen conductas problemáticas para hacer frente a la presión interna. A veces esto les sucede incluso a sus hijos. Por ejemplo, un padre ansioso puede ser demasiado restrictivo para suprimir la ansiedad de que algo le suceda a su hijo. Cuando se superan estos lÃmites, puede surgir incluso la ira hacia el niño. Pensemos en una persona tacaña con otro ejemplo. Esta persona puede mostrar una intensa evitación de gastar su dinero para controlar su ansiedad sobre el futuro. Asimismo, piense en una persona molesta que critica cada acción que realizan los demás. Quizás sus padres nunca lo apreciaron en su infancia, sus acciones fueron ignoradas y luego criticadas. ¿Esta persona podrÃa estar criticando constantemente a los demás para evitar recibir crÃticas en su vida adulta? O tal vez haya creÃdo que tener una naturaleza perfeccionista solucionarÃa el problema para evitar enfrentar estas crÃticas. Los ejemplos se pueden multiplicar. Sin embargo, cuando se dio cuenta de las causas subyacentes del comportamiento perturbador, ¿no se volvió el incidente mucho más inocente? Además, la persona se da cuenta de que el comportamiento problemático es el que más le perjudica a sà misma. Lo has hecho. Esta es una razón que hace la situación un poco más triste.
Hablemos un poco de los problemas de nuestros hijos. Por ejemplo, el niño enojado. ¿PodrÃa este niño estar desahogando su ira para protegerse? Tal vez los padres estén interfiriendo demasiado con los lÃmites de su hijo, y el niño puede estar haciendo que su familia retroceda con ira para proteger estos lÃmites. Podemos percibir esto como una señal de advertencia. El niño que hace exactamente lo contrario de lo que dice su familia puede querer llamar su atención. Es posible que sus padres hayan sido indiferentes hacia sus hijos. Aunque esto pueda sonar extraño, el niño puede haber encontrado la solución al hacer lo contrario de lo que se dice porque sabe que obtendrá una reacción (interés), aunque sea negativa, con un comportamiento negativo. Es sólo una forma de intentar decir "mamá, papá, estoy aquÃ, fÃjate en mÃ". Pensemos en un niño aferrado a su madre. Este niño puede estar preocupado por perder a su madre debido a una situación negativa en sus relaciones tempranas con su madre y puede aferrarse a ella con fuerza para evitar perderla. Un niño demasiado obediente puede haber sido criado por su familia de manera autoritaria y punitiva. O, debido a algunos errores en las actitudes de mis padres, puedo tener el pensamiento de que mientras obedezca, seré aceptado y amado por mi familia. Es posible que se le haya ocurrido una solución: obedecer para poder afrontar el estrés provocado por esta situación.
              Una situación similar también se aplica a los niños impulsivos (que no pueden controlar su comportamiento y no siguen las reglas). También actúan impulsivamente porque no pueden reprimir su deseo de actuar y la sensación de placer y excitación que experimentarán al final. Los describimos más como niños que actúan sin pensar. No pueden quedarse quietos, reaccionan de repente sin pensar en las consecuencias, pueden desatar de repente una agresión, hablan muy alto, estos son los individuos que los profesores llaman constantemente "niños disruptivos". En los adultos, los problemas de control de los impulsos pueden manifestarse como robo, enfermedades, tirones de cabello, juegos de azar o incluso incendios provocados en niveles avanzados. La gente no puede evitar hacerlo aunque sepa que está mal. Porque la emoción que sienten Su deseo y placer son tan fuertes que no pueden hacer frente a la tensión interna que esto crea y simplemente siguen haciéndolo. La solución es la medicación y la psicoterapia.
             Las conductas problemáticas son un cÃrculo vicioso a menos que se reciba ayuda. Su hijo adopta un comportamiento disfuncional para afrontar la situación, la presión crea otro comportamiento disfuncional en usted y luego esto continúa activando el comportamiento disfuncional de su hijo. Romper este ciclo es posible encontrando primero la causa del comportamiento problemático y luego rompiendo los patrones de comportamiento propios y de su hijo.
             En resumen, los comportamientos problemáticos son comportamientos no funcionales que reducen la tensión interna producida por nuestro cerebro, aunque sea por poco tiempo. Los psicólogos reemplazan estos comportamientos con versiones funcionales y adaptativas.
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