El proceso de dentición de leche, que comienza con la erupción del primer diente en el sexto mes después del nacimiento, finaliza con la colocación de todos los dientes permanentes en la boca. Los dientes de leche son básicamente; Desempeña un papel activo en la masticación, la apariencia estética y el habla. Además de estos, mantienen su lugar hasta que erupcionan los dientes permanentes y actúan como guía durante su erupción. Los dientes de leche, que desempeñan funciones tan importantes, deben mantenerse en la boca hasta el momento de su caída normal.
Después de que aparece el primer diente de leche en la boca, los padres también deben comenzar a cepillarse. No es correcto esperar hasta que hayan salido todos los dientes o hasta que el niño tenga edad suficiente para sostener un cepillo. No cepillarse correctamente y comer alimentos ricos en carbohidratos (azúcar) juntos provocan caries. Los restos de comida empiezan a atascarse en los huecos provocados por la caries en los dientes. Esto provoca dolor al morderse el diente y la negativa del niño a comer. La caries no tratada progresa con el tiempo y se produce un dolor en el diente que comienza espontáneamente y en ocasiones no desaparece ni siquiera con el uso de medicamentos. La caries afecta la psicología de los niños así como el dolor y la ternura. Los dientes que cambian de color pueden hacer que el niño no quiera sonreír.
Los dientes temporales que no se tratan a tiempo causan infección, y una infección grave provoca la pérdida de los dientes antes del tiempo normal de caída. La característica más importante de los dientes de leche es que actúan como marcadores de posición hasta que erupcionan los dientes permanentes. Cuando estos dientes se pierden prematuramente, el vuelco de los dientes vecinos hacia el espacio creado provoca problemas en la colocación de los dientes. Los dientes caídos pueden impedir que erupcionen los dientes permanentes o hacer que erupcionen en una posición diferente a la que deberían estar.
Los dientes temporales, tan importantes para el desarrollo del niño, deben tratarse cuando sea necesario y proteger los dientes en boca. Es erróneo pensar que estos dientes no se caerán después del empaste o del tratamiento de conducto de los dientes primarios o que el tratamiento puede dañar los dientes permanentes debajo de los dientes primarios. Llevar a su hijo al dentista regularmente cada 6 meses puede permitir detectar posibles caries en la etapa inicial.
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