El COVID-19 continúa propagándose por todo el mundo, afectando cada vez a más personas; Por ello, se están realizando intensas investigaciones en el ámbito científico para identificar fármacos eficaces para la prevención y el tratamiento de esta enfermedad. Las tasas de enfermedad grave y muerte por COVID-19 son más comunes en las personas mayores y en aquellas con comorbilidades. El aumento del estrés oxidativo en estos individuos los hace más vulnerables a agentes infecciosos como el coronavirus y otros factores estresantes ambientales.
El estrés oxidativo es una condición que ocurre como resultado del aumento de especies reactivas de oxígeno (ROS) en el cuerpo y/o la incapacidad del cuerpo para eliminar adecuadamente estos intermediarios reactivos y reparar adecuadamente el daño resultante. El estrés oxidativo y la inflamación causados por ROS están asociados con daños físicos relacionados con la edad y enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Los estudios han concluido que las ROS y el estrés oxidativo aumentan el riesgo de enfermedades graves y muerte en pacientes con COVID-19. Se sabe que la capacidad antioxidante (capacidad de eliminar ROS) del individuo juega un papel importante en el curso de diversas enfermedades virales. En este contexto, el sistema de defensa antioxidante que protege contra el estrés oxidativo es un determinante muy importante en la defensa contra agentes infecciosos.
El glutatión (GSH) es un tripéptido formado por cisteína, glicina y glutamato. Es uno de los antioxidantes más eficaces que previene el daño oxidativo causado por las especies reactivas de oxígeno en las células. El glutatión también desempeña un papel en la regulación de diversas vías metabólicas esenciales para todo el cuerpo. Con la presencia de suficiente glutatión dentro de la célula, juega un papel vital en el control de diversos procesos biológicos como la desintoxicación de sustancias extrañas, la estructuración de proteínas, la renovación de las vitaminas C y E, el mantenimiento de la función mitocondrial, la defensa antiviral, la regulación de la actividad celular. proliferación y respuesta inmune.
El glutatión endógeno juega un papel vital en el control de diversos procesos biológicos. Sus niveles disminuyen gradualmente con el envejecimiento, de modo que las células de las personas mayores se vuelven más susceptibles al daño oxidativo causado por virus y diferentes factores ambientales en comparación con individuos más jóvenes. Una vez más, la deficiencia endógena de glutatión es común en personas con enfermedades crónicas y en personas con COVID-19 grave. Esta situación se asocia con una disminución del estado de excedente en pacientes con enfermedades crónicas de COVID-19. Esto significa que los niveles de ationón contribuyen a la generación de estrés oxidativo y, por tanto, pueden ser un factor que exacerbe la afectación pulmonar. El humo del cigarrillo también agota la reserva celular de glutatión en el tracto respiratorio, lo que exacerba el daño oxidativo y la inflamación en el pulmón.
En un estudio realizado en abril de 2020 en personas infectadas con COVID-19, personas con COVID moderada y grave -19 en comparación con aquellos con enfermedad leve, los niveles de glutatión en plasma fueron más bajos y los niveles de ROS fueron más altos. Esto muestra la importancia de la deficiencia de glutatión y el efecto del estrés oxidativo en pacientes con síntomas de enfermedades graves.
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