“¿Qué esperamos de la vida”? Hay muchas respuestas diferentes a la pregunta, pero el deseo de "tener una familia feliz y saludable" es quizás la más conocida. La institución familiar también tiene requisitos básicos para garantizar una familia feliz. Los cimientos de la institución familiar deben estar sanos.
Una familia sana constituye la base de una sociedad sana. Una familia sana obtiene su fuerza de una relación sana entre marido y mujer.
Una relación matrimonial saludable tiene el poder de crear efectos positivos en la salud física y mental de las personas. Los familiares actúan racionalmente ante cualquier problema o problema. En las familias sanas los roles son claros y se complementan.
La base de la familia radica en una relación de pareja sana. Una relación estresante entre marido y mujer refleja directamente el estrés de todos los miembros de la familia. Las habilidades de comunicación que tienen los cónyuges, llevarse bien entre sí y mostrar actitudes amorosas y afectivas el uno hacia el otro son las claves más fuertes para proteger la salud mental de sus hijos. Se enfrentan muy bien a eventos estresantes. Asumen la responsabilidad de todos los problemas de sus vidas.
El factor que hace que la comunicación entre los cónyuges sea efectiva en el matrimonio es que los cónyuges toman en consideración los pensamientos, ideas y sentimientos del otro. Las parejas con una comunicación sana confían entre sí y expresan sus opiniones sin miedo a ser juzgadas.
Cónyuges en un matrimonio sano;
• Son leales entre sí y tienen un sentido de confianza.
• También son amigos el uno del otro.
• Ambos se aman y se respetan.
• Saben aceptarse tal como son.
• Tienen metas/sueños comunes para el futuro.
• Consiguen resolver los conflictos de forma saludable.
• Pueden expresarse sus sentimientos y pensamientos con claridad, sin miedo ni ansiedad, y no se critican ni juzgan entre sí.
• Se apoyan mutuamente en el desarrollo personal.
• Tienen una vida sexual regular y saludable.
• Pasar tiempo juntos Hacen planes y disfrutan del tiempo que pasan. • Resuelven fácilmente juntos los problemas que surgen de cuestiones financieras. • No experimentan muchos conflictos que surjan de las familias de cada uno y trazan sus propios límites familiares.
• Tienen ideas comunes sobre la crianza de los hijos.
• Tienen cuidado de no utilizar palabras que puedan lastimarse mutuamente durante las discusiones. • No utilizan violencia física o psicológica entre sí.
Una familia sana comienza con una relación entre marido y mujer sana
Las familias tienen una importancia fundamental en el desarrollo físico, emocional, espiritual y social de sus hijos. La base de una familia sana es una relación matrimonial sana. Los niños toman como modelo una vida familiar con una comunicación sana entre los cónyuges. Los niños observan las emociones y actitudes positivas como el amor, el respeto, la bondad, la comprensión, la tolerancia y la paciencia que el marido y la mujer se muestran mutuamente. Las habilidades de comunicación y resolución de conflictos de los cónyuges también sirven de ejemplo para el resto de la familia. Los niños aprenden y demuestran cómo reaccionar ante negatividades como el estrés, el conflicto y la frustración, basándose principalmente en las reacciones de sus padres. Los niños que exhiben comportamientos como ira o agresión, especialmente durante la edad escolar, suelen tener esas características en sus familias.
¿Cuáles son los beneficios de un matrimonio saludable?
Las investigaciones demuestran que;
• La salud física y mental de las personas en un matrimonio saludable es mejor que la de aquellos que no están casados. La tasa de muerte por ataque cardíaco, cirrosis hepática e intentos de suicidio es menor en personas casadas que en personas solteras.
• La esperanza de vida media de las personas casadas es mayor que la de las personas solteras. • Las personas casadas tienen niveles de ingresos más altos que las personas solteras.
Las investigaciones han demostrado que los mismos resultados no son válidos para parejas que viven juntas sin estar casados. Además, en los matrimonios no saludables en los que los cónyuges exhiben actitudes negativas y hostiles entre sí, las personas tienen dificultades para tener matrimonios saludables. También se ha comprobado que sus sistemas inmunológicos son más débiles y se enferman con más frecuencia, son más propensos a la depresión, sus hijos enferman con mayor facilidad y sus niveles de adaptación son menores en comparación con otras personas.
Cada matrimonio es tan especial como las huellas dactilares…
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