Contrariamente a la creencia popular, existen condiciones muy limitadas que impedirían la vacunación.
- Fiebre leve,
- Diarrea que no requiere tratamiento hospitalario,
- Infecciones del tracto respiratorio superior. Tos simple,
- Secreción nasal,
- Pérdida de apetito,
- malestar
¡No constituye un obstáculo para posponer las vacunas!
Sin embargo, el pediatra debe decidir qué vacuna se debe administrar o no a los niños que padecen enfermedades graves (por ejemplo, pacientes con epilepsia)o a los niños que tiene enfermedades crónicas y está hospitalizado bajo la supervisión de un médico.
Aparte de estas razones especiales, las vacunas deben administrarse a tiempo, de acuerdo con el calendario de vacunación. Todo el mundo aplica el calendario de vacunación de la misma manera y al mismo tiempo, y si no se omiten dosis de la vacuna por motivos sencillos, sólo así la inmunización social cobrará sentido y será exitosa.
NO OLVIDES que las vacunas no tienen propiedades terapéuticas. ¡Por lo tanto, vacunarse después de enfermarse no ayudará!
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