Satisfacción y vínculo en el matrimonio

Las personas generalmente desean relaciones felices y duraderas. Las relaciones tienen dos aspectos básicos: satisfacción con la relación y compromiso para mantener la relación.

La evaluación que hace un individuo de la calidad de la relación se llama satisfacción. Si una relación es rentable, estamos satisfechos. En otras palabras, si las recompensas de la relación superan los costos, hay satisfacción. Los costos son eventos que recordamos como desagradables, como que nuestra pareja critique nuestra ropa o nos avergüence diciendo una broma de mal gusto delante de todos. Los costos son siempre negativos. Por el contrario, el sacrificio implica que los socios hagan algo para mejorar el estado de la relación. El altruismo son nuestros propios intereses por el bien de la relación. Requiere darse por vencido y no puede ser visto como un precio. Estamos más satisfechos si una relación cumple con nuestras esperanzas y expectativas. En comparación con las parejas infelices, las parejas felices tienden a pasar más tiempo juntas en actividades comunes, a ser más humorísticas y a tocarse más a menudo como expresiones de afecto. menos críticos entre sí. , actúan menos hostiles y discuten menos.

Todas las fuerzas positivas y negativas que son efectivas para mantener a una persona en una relación se llaman apego. Los factores que afectan el apego son los siguientes . Si amamos a la otra persona y nos resulta fácil llevarnos bien con ella, continuaremos la relación. Nos acercamos positivamente. Cuando la satisfacción es fuerte, el apego es fuerte. El apego está influenciado por nuestros valores y principios morales. Esta moral El apego se basa en un sentido de obligación, deber religioso o responsabilidad social. Para algunas personas, la creencia en la santidad del matrimonio y el sentimiento de estar comprometido con un cónyuge de por vida son fuertes obstáculos para el divorcio. El apego se basa en fuerzas y obstáculos negativos. que hacen que dejar una relación sea costoso para una persona. Una persona casada puede temer las consecuencias financieras y legales del divorcio y sentirse obligada a continuar con su matrimonio infeliz. A esta situación le llamamos apego forzado. El apego también se ve afectado por las inversiones realizadas en la relación. Inversiones en energía, dinero, implicación emocional, experiencias compartidas, sacrificios por la pareja... Demasiada inversión puede crear presión psicológica, como ignorar los aspectos negativos de la relación.

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