La vida es un proceso que incluye muchas experiencias positivas y, por supuesto, negativas. Sin embargo, llamar a estas experiencias positivas o negativas no es una definición adecuada. Porque la descripción de la vida y los resultados que genera se pueden experimentar de diferentes maneras.
Sabemos que después de experimentar una vida, ésta queda en el pasado.
Sin embargo, somos bastante buenos para traer los efectos de esa experiencia (especialmente si es negativa) al presente.
En lugar de dejar esta experiencia en el pasado, recordamos y examinamos las razones de lo que sucedió.
Entonces no basta y empezamos a pensar también en las consecuencias.
Este comportamiento a veces ocurre en el trabajo, en clase o incluso en medio de una actividad agradable. Pero no sólo interrumpe nuestro trabajo, estudio, sueño o actividad, sino que atrae al presente las emociones creadas por esa experiencia.
Así, los detalles del suceso circulan por nuestra mente de forma repetitiva y nos quedamos solos con nuestras emociones negativas en el presente.
Este comportamiento, que es bastante común y afecta negativamente a nuestra salud psicológica, comportamiento y actitudes,
Sin embargo, conviene saber que la rumia no son sólo pensamientos repetitivos sobre el pasado. También son bastante comunes las cavilaciones sobre nuestras propias características, comportamientos y actitudes, o nuestro estado emocional.
Cuando decimos negatividades pasadas y presentes, por supuesto, hay otro período de tiempo en el que se incluye la rumia; ese es el futuro.
Rumiar sobre el pasado o el presente conduce a actitudes negativas hacia el futuro.
Por lo tanto, la rumia en sus múltiples formas se instala en nuestras vidas y nos afecta negativamente.
Una de las principales razones por las que la rumiación tiene este efecto negativo es que no toma medidas para solucionar el problema y no toma medidas a pesar de todas las evaluaciones en mente.
Debido a que es un proceso muy orientado a las emociones, es difícil centrarse en el problema en todos sus detalles.
Por lo tanto, no podemos actuar; reflexionamos sobre la experiencia a menos que actuemos; rumiando Cuanto más atraemos al presente las emociones creadas por la experiencia, interrumpimos nuestra funcionalidad en el presente.
¿Qué sucede cuando la rumiación se vuelve continua? qué sucede fuerte>? Según los resultados de la investigación, la factura es bastante inflada. He aquí un vistazo:
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Valor y, por tanto, cambios en el apetito, el sueño y el interés en actividades que antes eran atractivas (depresión),
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Aumento de la tristeza, insatisfacción, inadecuación, cansancio y agotamiento,
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Psicodélico y mal rendimiento aumentado por delirios ansiosos y ansiedad
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Disminución en algunas habilidades cognitivas (ej. resolución de problemas, generación de pensamientos alternativos, concentración, toma de decisiones, etc.)
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Como pocas y mala calidad de las relaciones humanas...
Pongamos ejemplo para comprender mejor este comportamiento que nos trae esta factura y puede provocar problemas psicológicos crónicos.
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