En 1959, West y Dally propusieron por primera vez el concepto de "depresión atípica". La depresión atípica es uno de los subtipos de depresión que afecta negativamente el nivel de vida de una persona. La depresión atípica se acompaña de ansiedad severa (ansiedad intensa). Por lo tanto, los síntomas de este trastorno pueden considerarse como resultado de intentar afrontar la ansiedad. Según investigaciones, la frecuencia de pacientes con depresión que padecen rasgos depresivos atípicos en nuestro país es del 19%. A diferencia de otros subtipos de depresión, la aparición de la depresión atípica es más temprana. Los 16 años es la edad más temprana en la que comienza a aparecer este trastorno. Además, la depresión atípica ocurre 5 veces más frecuentemente en mujeres que en hombres. La depresión atípica también tiene un trasfondo genético. El hijo de una madre con depresión atípica tiene más probabilidades de tener síntomas de este trastorno que el hijo de una madre sana.
La depresión atípica también se puede observar junto con otros trastornos psiquiátricos. Como comorbilidades, se pueden observar el trastorno de la personalidad por evitación y la fobia social junto con la depresión atípica. En tales casos, otros grupos de diagnóstico pueden hacer que el médico omita el diagnóstico de depresión atípica.
Se observa reactividad en el estado de ánimo. En otras palabras, a diferencia de la depresión clásica, cuando el individuo se enfrenta a acontecimientos vitales positivos (como aprobar un examen importante, conseguir un ascenso en el trabajo o recibir un regalo de un amigo), sus sentimientos depresivos pueden disminuir y puede dar la respuesta adecuada. respuesta emocional positiva. Por lo tanto, puede no estar claro si la persona está deprimida o no. Durante este período, la persona comienza a dormir más y a comer más. Además, el individuo puede sentir que cae peso sobre sus brazos y piernas. La gente pierde su energía. Además, la persona puede volverse hipersensible al rechazo durante este período. Su funcionalidad puede verse afectada en cualquier ámbito en el que tema el rechazo (relaciones románticas, vida empresarial). Es posible que no pueda establecer relaciones a largo plazo. La sensibilidad al rechazo no solo se asocia con el episodio de depresión atípica, sino que también es un rasgo de personalidad.
La depresión atípica, al igual que la depresión clásica, se trata con medicación y psicoterapia.
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