En la hipsoadias, que popularmente se llama circuncisión congénita o circuncisión profética, el orificio urinario se encuentra en algún lugar de la parte inferior del pene, en lugar de en la punta del pene, donde normalmente debería estar. Además, el prepucio no se desarrolla a ritmos diferentes en la superficie inferior del pene y existen distintos grados de curvatura en el cuerpo del pene hacia la superficie inferior (se ve mejor especialmente en caso de erección). Por lo tanto, si no se corrige mediante cirugía, puede provocar problemas para orinar (incapacidad para orinar estando de pie, orinarse), problemas psicológicos como consecuencia de ser ridiculizado, así como la imposibilidad de tener relaciones sexuales en el futuro. Aunque no se puede determinar con certeza la causa de su formación, se han achacado algunas causas genéticas, hormonales, ambientales y químicas. En presencia de hipospadias muy grave, también se deben investigar los trastornos congénitos del desarrollo de los órganos sexuales.
Es una de las anomalías congénitas más comunes en los niños. Su incidencia es de 1 en 300 niños. No existe una razón definida para su aparición.
Las anomalías en el pene deben detectarse mediante un examen cuidadoso y la cirugía debe planificarse en consecuencia. Estos niños nunca deben ser circuncidados, ya que durante la cirugía se puede dañar el prepucio existente.
El hipospadias, que sólo puede corregirse mediante cirugía, debe ser intervenido cuidadosamente por un especialista con suficiente experiencia en esta enfermedad, En la cirugía se utilizan tantos y finos puntos. La edad ideal para la cirugía del hipospadias es entre los 6 y los 18 meses. El objetivo de la cirugía es desplazar el orificio urinario hasta la punta del pene y obtener un aspecto de pene recto, no curvado, adecuado para las relaciones sexuales. La circuncisión también se realiza en la misma sesión. En casos de hipospadias leves, es decir, en los casos en los que el agujero está cerca de la punta, muchas veces la cirugía se puede resolver en una sola sesión. Sin embargo, en niños con curvatura severa del pene, generalmente se prefieren las cirugías de dos sesiones. Después de la cirugía, los niños suelen ser dados de alta el mismo día, pero en casos muy raros, es posible que deban permanecer en observación en el hospital durante unos días. Para evitar cualquier problema en la cicatrización del canal urinario recién creado, se coloca un tubo dentro del canal y este tubo se mantiene hasta por 7 días.
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