Los niños tienen derechos como todos los demás adultos. Uno de ellos es el derecho a la privacidad. En el artículo mencionado en la declaración de la Asociación Mundial para la Salud Sexual se afirma que todo individuo tiene derecho a la privacidad respecto de su sexualidad, comportamiento sexual e identidad sexual. Esto incluye a nuestros hijos, por supuesto. Los padres son responsables de preparar a sus hijos para el mundo exterior y apoyarlos. Mientras hacen esto, deben brindarles educación científica sobre sexualidad y concienciación sobre la privacidad adecuada a su edad. Es importante que los niños conozcan los cambios de su cuerpo a medida que crecen y estén preparados para posibles cambios. Es igualmente importante que aprendan sobre este tema de fuentes científicas confiables. Es necesario concienciar a los niños de los riesgos de abuso que pueden enfrentar a todas las edades, y es un punto crítico que se vuelvan capaces de protegerse y defenderse. Los padres tienen una responsabilidad importante en este sentido.
Se puede impartir educación sobre privacidad a niños a partir de los 3 o 4 años. Uno de los puntos más importantes a tener en cuenta a la hora de dar educación es no asustar al niño. Al dar información sobre la privacidad y enseñar cómo protegerse, se debe explicar sin causar ansiedad ni estrés. Al mismo tiempo, no hay que olvidar que los padres son modelos importantes para el niño y lo que se les enseña debe aplicarse. Para que los niños comprendan el concepto de "privado" y se protejan, primero deben conocer las partes de su cuerpo que son privadas para ellos. Las partes privadas se pueden enseñar al niño a partir de los 2 años. Se debe concienciar a los niños de que sus cuerpos sólo les pertenecen a ellos y se les debe dejar claro que nadie tiene derechos sobre sus cuerpos. Pedir permiso a los padres al besar o tocar a su hijo ayuda a desarrollar la imagen corporal en el niño (se puede aplicar a partir de los 4 años).
La adquisición por parte de los niños de habilidades como el autocuidado y el vestirse y desvestirse a una edad temprana contribuye a su conciencia de la privacidad. No se debe pasear a los niños desnudos tanto dentro como fuera de casa, y se debe tener cuidado de no estar delante de otras personas cuando se cambien de ropa. En este sentido, también es importante señalar que las habitaciones de cada persona en la casa son privadas y que no pueden usarse sin permiso. Se le debe decir al niño que no debe entrar. Esta regla debe aplicarse no sólo al niño sino también a los padres, y los padres no deben entrar a la habitación del niño sin permiso. No hay que olvidar que son el modelo principal y más importante para los niños.
Otra cuestión importante es que el niño debe estar solo en zonas como baños y aseos. Los niños deben saber que deben estar solos y que nadie debe vigilarlos mientras van al baño. Asimismo, deben estar solos a la hora de ducharse en el baño. Si el niño necesita ayuda, el padre que lo ayuda debe cubrir las áreas privadas del niño. Otro punto es; Al comunicarse con los niños se debe evitar hacer bromas sobre sus partes íntimas. Se debe evitar alentarlos a exponerse.
Entonces, ¿termina la capacitación sobre privacidad después de realizar esto? Hay otra materia que definitivamente se debería enseñar a los niños: enseñarles a defenderse y protegerse. En caso de cualquier abuso, se debe decir a los niños lo que pueden/deben hacer. Lo más fundamental es que los padres deben enseñar a sus hijos desde una edad temprana a no ir a ningún lado con personas que conocen o no sin su permiso. Se les dice que deben reaccionar ante un poder que se les muestra en contra de su voluntad. Cabe destacar que es importante salir corriendo, reaccionar gritando o pidiendo ayuda cuando sea necesario. Se deben indicar los números de teléfono a los que se puede acceder en caso de emergencia, como pueden ser los números de teléfono móvil de los padres, la policía o la gendarmería. Enseñarle a su hijo sobre las diversas violaciones de privacidad que puede encontrar puede ayudarle a tomar precauciones con anticipación.
Lo más importante es que debe decírselo a sus hijos y hacerles sentir que usted siempre estará ahí para ellos y apoyalos. Pase lo que pase, debes decirle que puede contarte sus experiencias, inquietudes y pensamientos sin dudarlo. Se debe aceptar que tus hijos siempre puedan compartir su privacidad con sus padres o un adulto de confianza cuando se sientan en peligro o incómodos.
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