“Entonces, ¿cómo puedo lidiar con la alimentación emocional?”
Me gustaría responder a esta pregunta frecuente en la cuarta y última etapa de la serie de alimentación emocional.
Como siempre les digo a mis clientes, el paso más básico es la ACEPTACIÓN y la INTENCIÓN. . Aceptar la situación en la que te encuentras sin ignorarla y proponerte cambiar ese ciclo poco saludable que te perturba por uno saludable en tu vida, es decir, tomar una decisión es el paso más importante.
Entonces continúa. Hazte las preguntas de la foto para descubrir los factores desencadenantes. Estas preguntas son un paso muy importante para desarrollar la conciencia y afrontar el comportamiento alimentario emocional.
¿Cuál es el alimento que te atrae? Dulce-salado-agridulce-azucarado-suave-crujiente... Una vez que adquieras esta conciencia, puedes intentar tener más control al consumir esos alimentos.
Puedes retrasar el deseo emocional de comer como tanto como sea posible con otras acciones que te den placer.
Todo esto funciona para retrasar el acto de comer por el momento. Sin embargo, no es suficiente. Porque cambiar hábitos a veces puede resultar complicado. Para ello, es necesario comprender qué factores desencadenantes le empujan a adoptar una conducta alimentaria. Esta conciencia no es algo que pueda suceder rápidamente. Se necesita tiempo.
Por otro lado, a menos que se llegue a las causas subyacentes de los factores desencadenantes, la conducta alimentaria para regular las emociones continuará en un círculo vicioso. Se recuperará el peso perdido y los programas de alimentación saludable iniciados con grandes objetivos terminarán con un ataque alimentario. Por eso muchas dietas fracasan.
Para deshacerte de este círculo vicioso y conseguir una solución permanente, contar con el apoyo de un psicólogo experto te ayudará a identificar y resolver los desencadenantes emocionales de la alimentación.
¡La vida es bella juntos..!
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