¿Es posible el tratamiento psiquiátrico durante el embarazo?

Esta semana, en nuestra columna donde tratamos temas relacionados con la mujer, hablaré de un tema que preocupa a todos los futuros padres, especialmente a las mujeres, sobre cómo aplicar el tratamiento psiquiátrico y la medicación durante el embarazo.

El embarazo y el parto son los momentos más especiales en la vida de una mujer, aunque es uno de esos momentos, también es un proceso de crisis del desarrollo. Durante el embarazo, además de los cambios fisiológicos, también se producen cambios psicológicos y sociales. Durante el embarazo, que es un proceso dinámico, los cambios hormonales pueden provocar cambios de humor inusuales y malestar físico. La reacción de una mujer ante el embarazo está estrechamente relacionada con sus experiencias de la primera infancia, sus métodos de afrontamiento, sus rasgos de personalidad, su posición en la vida, el apoyo psicosocial y la presencia de problemas físicos. Teniendo en cuenta estas variables, no sorprende que el estrés del embarazo y el parto aumente la susceptibilidad a enfermedades psiquiátricas en algunas mujeres.

Entonces, ¿qué preocupa tanto a los médicos como a las personas que esperan un bebé acerca de las condiciones que requieren tratamiento? ¿Qué diferencia el tratamiento de una mujer embarazada del tratamiento de una mujer no embarazada? Como médico, nuestro principal objetivo es brindar un tratamiento seguro y eficaz a nuestros pacientes. Sin embargo, cuando se trata de una madre que espera un bebé, hay dos personas cuya salud debe tenerse en cuenta. Casi todo problema que afecta a la madre tiene la posibilidad de afectar al feto. Asimismo, casi cualquier tratamiento aplicado a la madre tendrá un efecto directo sobre el feto. En otras palabras, una condición psiquiátrica durante el embarazo puede afectar negativamente al feto, pero cualquier tratamiento aplicado también puede tener un efecto negativo en el feto. Cuando la situación se ve de esta manera, la situación parece irresoluble y la mujer que está embarazada y tiene problemas mentales parece indefensa. La situación se complica aún más, especialmente con información de oídas. Si quieres, intentemos ver la situación desde una perspectiva diferente y correcta.

Se sabe que los síntomas de ansiedad, depresión y fluctuaciones emocionales son comunes durante el embarazo, así como la adicción a sustancias, los trastornos alimentarios, Se pueden observar trastornos del estado de ánimo y trastornos psicóticos en pacientes femeninas en edad reproductiva. Necesidad de tratamiento psiquiátrico durante el embarazo. Podemos examinarlo bajo tres títulos.

  • Pacientes cuya enfermedad psiquiátrica comenzó durante el embarazo; La opinión común de la mayoría de los psiquiatras sobre este tema es que los síntomas psiquiátricos durante el embarazo deben tratarse con intervenciones no farmacológicas en la medida de lo posible. Pero no existe una receta única para todos. En cambio, se requiere una evaluación cuidadosa y prudente, teniendo en cuenta las necesidades individuales y la situación única de cada paciente. Se debe trazar un camino sobre cuál será el tratamiento necesario (uso de medicamentos, ECT, TMS, aplicaciones de psicoterapia), y se deben discutir en detalle los pros y los contras de este camino con el paciente psiquiátrico crónico que lo desee. En primer lugar se debe informar a la paciente sobre las situaciones que se presentarán antes del embarazo y se debe realizar un plan de acción cuando esté sana. El psiquiatra debe discutir con la paciente el impacto del embarazo en las preferencias de tratamiento y transmitir información sobre los riesgos y beneficios de la madre y el feto. De hecho, ningún medicamento psiquiátrico está aprobado incondicionalmente para su uso durante el embarazo. Sin embargo, dado que los estudios han informado altas tasas de recaída después de la interrupción del medicamento en muchos pacientes, suspender el tratamiento con medicamentos psiquiátricos en aquellas con enfermedades psiquiátricas crónicas durante el embarazo es una decisión seria.

  • Medicación psiquiátrica debida a cualquier problema mental Pacientes que quedaron embarazadas sin saberlo mientras lo usaban; Se debe revisar el diagnóstico de la paciente y los posibles efectos de los medicamentos que utiliza sobre el feto, debiendo derivarse a un ginecólogo y obstetra para los exámenes necesarios. Se debe llegar a un acuerdo revisando si se puede continuar con el tratamiento actual y qué otras opciones de tratamiento se pueden elegir en lugar de medicación.

  •  Se deben cuestionar los siguientes elementos para evaluar los riesgos que puede ocurrir durante el embarazo y para tomar una decisión sobre el consumo de drogas.

  • Síntomas psiquiátricos específicos o el curso de la enfermedad durante el embarazo,

  • Pasado antecedentes de enfermedad psiquiátrica,

  • Medicación previa libre del curso de la enfermedad en diferentes periodos,

  • Antes y antes no -tratamientos farmacológicos Respuesta dada,

  • Nivel de relación con los sistemas de apoyo social y familiares,

  • Pensamientos propios sobre la continuación del embarazo,

  • Historial de abortos y abortos espontáneos,

  • Severidad de los síntomas o la enfermedad,

  • Etapa del embarazo,

  • Preferencias de la paciente.

  • Las opciones de tratamiento no farmacológico deben revisarse durante el embarazo y los pacientes que estén decididos a No se debe pedir que tomen medicamentos para ellos y sus cónyuges que usan medicamentos psiquiátricos. Los efectos secundarios, los riesgos de no usar el medicamento, los efectos secundarios del medicamento, los síntomas de abstinencia que pueden ocurrir si se suspenden y los efectos estructurales y conductuales del medicamento en el Se debe explicar el feto. También se debe brindar información sobre todas las demás opciones de tratamiento que pueden reemplazar la terapia farmacológica. Si se decide utilizar medicación psiquiátrica, es necesario utilizar un solo medicamento y la menor dosis efectiva de este medicamento siempre que sea posible, solicitar controles más frecuentes en colaboración con especialistas en ginecología y, si es necesario, métodos de laboratorio como Los niveles de fármaco en sangre, ECG, ultrasonido, ECG fetal deben usarse con más frecuencia.

     

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