Primero, intentemos conocer un poco el sentimiento de ira. La emoción de la ira, como nuestras otras emociones, viene a darnos un mensaje. En realidad, es un sentimiento útil y natural. ¿Cuáles podrían ser estos mensajes? Por ejemplo, algo no está bien en una relación, pero lo estás encubriendo. La ira viene y te dice: 'Mira, aquí hay un problema, hay algo que debes arreglar'. O en otra situación en la que has sido agraviado, tu ira regresa y te da la vitalidad y el sentido de justificación que necesitas si tienes que mostrártelo o hacer algo al respecto. Entonces la intención es realmente buena. Por lo tanto, deshacerse de la ira, querer no enfadarnos o intentar cerrar los oídos a nuestra ira no son expectativas muy apropiadas, y no es racional no sentir ira para poder vivir nuestra vida de la manera que queremos. La razón por la que vemos la ira como una emoción "mala" es la expresión de la ira y las consecuencias negativas que surgen de ella. Por ejemplo, gritar, romperse, lastimarse a uno mismo o a otros. El sentimiento de ira, que aparece repentinamente en nuestro cerebro y produce síntomas físicos muy intensos como palpitaciones y temblores del corazón, nos asusta a nosotros y a quienes nos rodean. A veces ni siquiera recordamos qué estábamos haciendo en ese momento. La expresión demasiado negativa puede dañar nuestras relaciones. Por eso es tan importante reconocer nuestra ira y utilizarla de forma adecuada. Haré dos vídeos más sobre este tema. Espero que sea útil. Nos vemos pronto.
¿Por qué pierdo el control cuando me enojo?
Hay dos cosas que necesitamos saber sobre el cerebro en este momento: una es el lóbulo frontal, el prosencéfalo, que nos permite actuar racional y racionalmente como adultos. El otro es el lado primitivo de nuestro cerebro, al que llamamos amígdala, que intenta mantenernos vivos. Como normalmente llevamos a cabo nuestra vida diaria, el lóbulo frontal está activo mientras no haya nada que nuestro cerebro perciba como un peligro. Pero si el cerebro detecta una señal de peligro, entra en juego la parte inferior del cerebro, que llamamos lado primitivo. Como este lugar está completamente enfocado en mantenernos vivos, no pierde tiempo en pensar, actúa automáticamente. Y se hace cargo del sistema desde el prosencéfalo. En cierto modo le dice al lóbulo frontal: "No tenemos tiempo que perder pensando". Intenta pensar en las veces que te enojaste: cuando lo pienses, ¿cómo reaccionó? Tú también te has sorprendido, o ha habido un proceso en el que ni siquiera recuerdas lo que dijiste, o te has arrepentido de acciones o palabras que salieron de tu boca. Estas son las reacciones que produce la parte inferior del cerebro y ocurren automáticamente. Lo que el cerebro percibe como un peligro no tiene por qué ser necesariamente una amenaza para la vida, como un accidente, violencia, etc. Cuando éramos niños, experimentábamos intensos sentimientos de vergüenza, culpa, miedo y cualquier cosa que nos recuerde esos sentimientos y experiencias significa un peligro para el cerebro.
¿Cómo puedo controlar mi ira?
Muchos vídeos o habrás visto en el artículo que hay sugerencias como contar hasta 10, 20, etc. y respirar profundamente para controlar la ira. La lógica de esto es en realidad desactivar el cerebro inferior que tiene el control y devolver el sistema al cerebro anterior; es decir, darle a la región del cerebro que nos permite pensar de manera lógica y saludable. Una vez que comprenda esta lógica, lo que haga dependerá de usted. Porque contar hasta diez, beber un poco de agua, cambiar de ambiente, respirar profundamente o salir al aire libre hacen lo mismo. Te atrae al momento presente, cuando llamas tu atención sobre algo más que está sucediendo en el momento presente, el cerebro recibe el mensaje: "Todo está bien, puedo calmarme". Puede parecer simple cuando lo miras de esa manera, pero la ira es una emoción tan intensa y nos hace sentir tan bien que no pensamos en hacerlo o no queremos hacerlo en ese momento. Por eso es importante estar de acuerdo con nosotros mismos en por qué primero debemos calmar nuestra ira. Aliviar la ira no es justificar a la otra persona ni dejarnos vulnerables. Si tenemos el control, si no actuamos con la intensidad de la ira, podemos captar el mensaje que trae y podemos encontrar formas más efectivas de resolver el problema. Recuerda, si nos enfrentamos a una emoción intensa, el cerebro ha percibido un peligro. Es muy posible sacarlo del pánico centrando su atención en otra cosa o tomándose un breve descanso. Espero que haya sido útil. Adiós.
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